Exceso de apoyos
La bolsa vivió ayer una jornada muy peculiar, en la que algunas aplicaciones importantes marcaron el ritmo del negocio y el maquillaje de los cambios de cierre permitió que el goteo a la baja se transformara en algo parecido a una consolidación de precios. La facilidad con que se manejan los cambios a la hora del cierre le resta, sin embargo, significación, y como transfondo de la sesión queda una vez más la indecisión y la ausencia de expectativas, aunque hay que ponderar en lo que vale esa mayor actividad institucional, sobre todo en el sector eléctrico. A última hora de la mañana se produjo una aplicación de un millón de títulos de FECSA a 550 pesetas cada una, para lo que se llevó el precio desde las 544 pesetas anteriores mediante una serie de operaciones sucesivas. Algo parecido le sucedió al precio del Banco Central en los momentos finales de la sesión, cuando con un único comprador, Dinver, el precio saltó desde las 4.410 pesetas hasta las 4.500.Al margen de esas operaciones, la sesión resultó tranquila y con un nivel de negocio ligeramente superior al de los días anteriores, a pesar de que los precios mantuvieron a lo largo de la mañana la orientación negativa que es habitual. El índice perdía entonces casi medio punto, pero la apertura de Wall Street dio ánimos a las sociedades para intentar mejorar las cosas. Como contraste está la subasta de bonos del Estado, con un ajuste al alza en los tipos de interés que poco puede beneficiar a unos mercados tan indecisos como éstos.
