Luis Roldán afirma que el joven herido en un control intentó arrollar a los agentes
Las heridas graves ocasionadas a un joven por una patrulla de la Guardia Civil en un camino de tierra próximo a la frontera francesa el pasado 21 de enero, se produjeron porque el joven arremetió con su vehículo contra dos guardias que realizaban un servicio de apostadero para impedir el paso de terroristas desde Francia, según manifestó ayer el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, en la Comisión de Interior del Congreso.Roldán diferenció entre control y apostadero, señalando que el primero es notorio, de corta duración y afecta a todos los usuarios de vías importantes, mientras que el segundo se realiza en caminos poco frecuentados, los guardias mantienen largas esperas e intentan pasar desapercibidos y el control de personas es selectivo.
El incidente en el que resultó gravemente herido José Enrique Borda, se produjo cuando dos guardias, uno de ellos provisto de una linterna, intentaron detener a un vehículo ocupado por dor. personas, que transitaba por un camino a 900 metros de la frontera por el que habían pasado miembros de ETA en otras ocasiones. Según Roldán, el vehículo aceleró súbitamente pocos metros antes de llegar donde los guardias, que tuvieron que apartarse para no ser arrollados. Los agentes dispararon al aire primero, y a las ruedas después al comprobar que el coche huía, pero debido a un cambio de rasante, los disparos alcanzaron la luneta trasera y al conductor del vehículo.
Los diputados Joseba Azcárraga, de Eusko Alkatasuna, e Ignacio Zubía, del Grupo Vasco, destacaron las contradicciones existentes entre la versión de la Guardia Civil y la que proporcionó en su día el Gobierno Civil de Guipúzcoa. También se hicieron eco de la versión del herido y su acompañante, quienes precisaron que los guardias civiles estaban camuflados y sin señalización alguna y que nadie intentó seguirles.
