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Familiares de enfermos del hospital Civil de Basurto denuncian agresiones de toxicómanos

Familiares de enfermos infecciosos del hospital Civil de Basurto, apoyados por el comité de empresa del centro, han denunciado el "clima de psicosis" creado por la conducta de los toxicómanos ingresados en el pabellón Gandarias, donde está la unidad de infecciosos. Robos, tráfico de droga, agresiones físicas y amenazas continuas son algunos de los hechos denunciados. Los afectados han pedido que se separe a sus familiares infectados de los drogadictos.

La dirección, por su parte, ha anunciado la contratación de un guarda jurado a partir de enero para mejorar la seguridad en este pabellón. "Ir a visitar a nuestros familiares es sumergirse en una auténtica cámara de terror. Hay que estar las 24 horas del día con un ojo abierto. Esto es una burla y hay que tomar medidas ya", afirma una de las afectadas por la ola de delincuencia que asola a la primera planta del Pabellón Gandarias, en el Hospital de Basurto.En la unidad de infecciosos del centro sanitario las irregularidades no dejan de sucederse en los últimos meses, según los familiares. Las camas que van del 100 al ciento veintitantos están ocupadas por enfermos con SIDA, hepatitis, ex toxicómanos y toxicómanos. A juicio de los denunciantes son estos últimos los responsables. "Yo he visto picarse a varios de ellos en los lavabos del pabellón", relata un familiar. "En definitiva, hay dos tipos de pacientes, los que se pican y los que no. Si separarnos a unos de otros solucionaremos nuestro problema, pero no el problema general", sentencia un afectado.

La semana pasada se celebró una reunión entre la Comisión de Higiene y Seguridad del Hospital de Basurto y el director de Control y Prevención del SIDA, Daniel Zulalka, para buscar una solución. Se habló de incrementar las medidas de seguridad, cerrar la puerta de acceso e, incluso, cachear.

La droga circula

"Está demostrado que este tipo de medidas no han dado resultado. Ahí está la experiencia de la sala penitenciaria del hospital, con unas medidas de seguridad tan duras como ineficaces, porque la droga sigue circulando en su interior", dice una miembro del Comité de Empresa. Tanto los familiares como el comité se muestran contrarios a este tipo de soluciones represivas, y coinciden en la necesidad de construir centros de rehabilitación adecuados para estos pacientes y de que la dirección y las autoridades sanitarias tomen cartas en el asunto de inmediato.Juantxu Elua, miembro de la Comisión de Higiene y Seguridad del hospital, opina que esta situación no ha tocado techo, porque cada vez hay más ingresos de toxicómanos: "En el Hospital de Basurto hay una auténtica mafia. Esto es una bomba de relojería que puede acarrear muchos problemas a corto plazo".

La dirección, por su parte, ha decidido contratar a un guarda jurado partir del (los de enero de 1990, para mejorar la seguridad de los pacientes y familiares del Pabellón Gandarias. El director gerente, Ander Arzubia, ha señalado que es la primera vez que se han denunciado formalmente este tipo de delitos y ha afirmado desconocer el tráfico de drogas dentro del centro sanitario. Arzubia dijo también que habían transmitido las quejas a las autoridades sanitarias y calificó de "intento de hacer una cárcel" la propuesta de separar a unos enfermos infecciosos de otros.

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