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Navidad a tiros

Un pueblo de Granada celebra las fiestas con disparos al aire

Los varones de Murchas, un anejo del municipio granadino de Lecrín, volvieron a disparar al aire el día de Navidad escopetas y revólveres en el transcurso del rezo de un rosario, mezclado con cantinelas, como acción de gracias por el escaso daño que sufrió la localidad a causa del terremoto ocurrido en 1884, que asoló la comarca de Alhama.

Cazadores, policías y militares de esta pedanía de 400 habitantes son los encargados de disparar las armas. El gobernador civil de Granada, Gerardo Entrena, ordenó ayer la apertura de una investigación para esclarecer la participación en el acto de un menor de edad. El gobernador, sin embargo, aseguró que todos los participantes están en posesión del permiso de armas y que el rezo del rosario se desarrolla bajo la supervisión de la Guardia Civil. Según explicó Entrena, la mayoría de los disparos se hace con escopeta de caza, si bien es frecuente que se utilice también algún arma corta reglamentaria de miembros de la fuerza pública emparentados de algún modo con Murchas. El acto tiene un matiz totalmente folclórico y no militar o bélico, si bien su celebración es prácticamente desconocida en la provincia de Granada.Murchas está marcado por el terrible terremoto de 1884 que causó la destrucción casi total de Arenas del Rey y Alhama. Sus calles tienen nombres de personajes que contribuyeron a reconstruir el pueblo. Sagasta, Isabel II y el arzobispo de Granada de entonces son algunos de ellos. Desde 1885, como la mayoría de Ios pueblos de la provincia que salieron mejor parados del seísmo, se fundó la tradición del Rosario.

Julio Perea, alcalde socialista de Lecrín, explica que se desconoce la procedencia del ritual del Rosario de las Cruces, llamado así porque el acto central se produce en una encrucijada que coincide con la plaza. No todos los hombres que participan en el rosario van armados y la integración en el cortejo está vedada a quienes no pertenezcan a la asociación, denominada Los Coristas, que en el argot popular queda en curistas, palabras con vagas resonancias eclesiásticas.

Durante el desfile se producen disparos indiscriminados de los participantes, pero es en la plaza donde el tiroteo es mayor. Allí los hombres se dividen en dos grupos y se contestan unos a otros con una entonacion monotona, hasta que llega la Salve.

Menores

La presencia de menores con armas en la mano parece ser la única preocupación de la autoridad gubernativa. Sin embargo, el alcalde de Lecrín asegura que se trata de una tradición y que por tanto, como en tantos ritos de transmisión generacional, el joven, cuando llega a la pubertad recibe el honor de disparar en el rosario. "Es intolerable que les pongan armas en la mano a los menores aunque se trate de una tradición que se autoriza normalmente. Es cierto que no deja de ser peculiar, pero todo es posible en Granada", señaló Gerardo Entrena.El Rosario de las Cruces no siempre ha sido como ahora se conoce. Cuando se celebró por primera vez en 1885 no se disparaba con armas de fuego. Su incorporación se produjo al terminar la guerra civil y está relacionada con la existencia de somatenes. Al principio los que disparaban no estaban integrados en el desfile sino que, como espectadores, se sumaban a la conmemoración moviendo el gatillo.

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