Malestar de fondo
La inactividad no parece ser la mejor opción para un mercado supuestamente dinámico, pero los inversores no encuentran alternativas a la falta de expectativas que padecen las bolsas últimamente. En esta sesión de cierre de la semana, ni siquiera los casos aislados han conseguido salvar la situación, y eso que Wall Street ganó posiciones la tarde anterior y también abrió al alza ayer. Hay que pensar que la semana próxima se da por perdida debido a su irregularidad, y que los inversores prefieren esperar sin asumir riesgos importantes, siendo esta la única constante de los últimos meses en las bolsas españolas.La jornada comenzó con un tono medianamente positivo, con unos cuantos valores mejorando sus precios ante el desequilibrio entre papel y dinero, pero las cosas no fueron demasiado lejos y el ambiente se fue enfriando a medida que avanzaba la mañana, sin que hubiera algo concreto detrás de esta retirada del dinero. El sector bancario terminó de poner las cosas en su sitio, con unos saldos vendedores para todos los grandes y un ligero retroceso en su indicador particular. A partir de ese momento el papel estuvo presente en la mayoría de los intercambios, aunque casi nunca trataba de presionar.
El mercado continuo, que estos últimos días había animado las sesiones a base de aplicaciones, tampoco destacaba por el volumen negociado, lo que ponía de manifiesto la existencia de un malestar de fondo que nadie conseguía concretar, pero que despierta serias dudas para la semana entrante.
