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ESPAÑA EN EUROPA

Aumenta el sentimiento europeista de los españoles

El 81% de los encuestados está a favor de un referéndum en todos los países de la CE para establecer la unión europea

EL PAÍS, Ocho de cada 10 españoles están a favor de la convocatoria de un referéndum en la Comunidad Europea (CE) para establecer la unión europea, así como de la creación de un pasaporte único europeo. Tres de cada cuatro españoles (frente a sólo uno de cada dos hace únicamente un año) se muestran ahora partidarios de que el recién elegido Parlamento Europeo prepare un proyecto de constitución de la unión europea, aunque no tenga prevista esa competencia. La clara mayoría absoluta (entre el 49% y el 67%) se muestra a favor de la existencia de una única moneda europea, de un Gobierno europeo responsable ante el Parlamento Europeo, de un único sistema electoral y de partidos, y de un presidente de Europa.

La idea de establecer un ejército europeo encuentra más resistencia, aunque es más apoyada que rechazada (42% frente al 37%, respectivamente). El mayor apoyo al hipotético ejército europeo se registra entre los votantes de AP/PP (52%) y el menor entre los votantes de IU (32%). Por otro lado, la mayor resistencia a esta idea se registra entre los jóvenes de 18 a 21 años (el 49% se declara en contra). En cambio, la idea de que exista una capital de Europa suscita ligeramente más rechazo que aprobación (50%. frente a 46%).

Prácticamente dos de cada tres españoles (el 62%) no cree que en Europa un idioma acabe imponiéndose en la práctica sobre todos los demás. Entre quienes piensan lo contrario, la mayoría (49%) cree que el inglés será el idioma dominante, y un porcentaje no muy alejado (37%) piensa que será el castellano. El francés sólo es mencionado por un 4%, porcentaje incluso inferior al de quienes mencionan el esperanto (5%). En todo caso, a casi dos de cada tres españoles (63%) les parece rechazable que un idioma se imponga en Europa sobre los demás.

Salvada así la diversidad lingüística y cultural, lo cierto es que los españoles parecen tener claramente en la cabeza, como esquema ideal para la organización de Europa, la imagen de un Estado federal. En comparación con sólo hace un año, aumentan significativamente los ciudadanos españoles partidarios de que un hipotético Gobierno europeo tenga competencias en la protección del medio ambiente (81% ahora, 73% en 1988), en la investigación científica y técnica (77% frente a 70%) en las relaciones exteriores, ya sea con los países en vías de desarrollo (73% frente a 66%) o con las grandes potencias (66% frente a 61%) y, sobre todo, en cuestiones monetarias, tema en el que se registra el mayor incremento (72% ahora, 48% en 1988).

Por otro lado, la libre circulación de trabajadores y profesionales prevista para 1992 en el marco de la Comunidad Europea recibe un amplio respaldo: a tres de cada cuatro españoles les parece bien o muy bien poder ir libremente, en un futuro cercano, a trabajar a otros países de la Europa comunitaria, y, asimismo, a dos de cada tres les parece bien o muy bien que puedan venir libremente a trabajar a España trabajadores y profesionales europeos.

El interés por la política exterior es en todas partes menor que por la política nacional. No es de extrañar, por tanto, que el porcentaje de los muy interesados en temas internacionales sea tan exiguo como un 4%.

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El grado de información básica sobre Europa no es bajo, ya que la inmensa mayoría conoce los países que forman la CE y -como un test al margen- son pocos los españoles que confunden Estados Unidos con un país integrante de la Comunidad Europea, a pesar de formar parte de la OTAN.

La opinión de que la posición de España en Europa ha mejorado tras el ingreso en el Mercado Común no es mayoritaria. Sólo la expresan un 36% de españoles. Para la mayoría, la posición de España no ha cambiado (48%.). La clave de tal estado de opinión debe buscarse en el hecho de que la inmensa mayoría de los españoles (78%) no se considera individualmente más europea que antes del ingreso. Este dato refleja, entre otros, alguno de los cambios culturales producidos en nuestro país desde los años sesenta: la sociedad era más moderna que las estructuras políticas por las que se regía. Actualmente, la mayoría de los españoles perciben que el ingreso en la CE es algo así como el colofón político internacional de un proceso más largo y más complejo de integración sociocultural en un ámbito al que históricamente pertenecen.

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