La grasa animal domina la demanda de la industria agroalimentaria
Los denominados aceites laúricos, de coco, palma y palmiste, así como el conjunto de sebos y grasas de procedencia animal, han triplicado su participación en el conjunto de la demanda de este tipo de productos por parte de la industria agroalimentaria. Frente a las cotizaciones más elevadas de la soja y el girasol, las grasas animales o los aceites laúricos pueden ofertarse a unas 50 pesetas kilo, de acuerdo con las cotizaciones de los mercados internacionales.Por parte de los industriales nacionales de otros aceites que tenían antes una mayor demanda para usos alimentarios así como por los extractores de soja importada, se considera que se está produciendo un tratamiento injusto entre las diferentes grasas. Las mismas fuentes argumentan que la utilización de los sebos y grasas animales en la industria alimentaria está repercutiendo en una degradación de la calidad de los alimentos, mientras no se nota una reducción de precios.
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