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Fallecen dos internos en una residencia de Valladolid a causa de una intoxicación

Dos ancianos internados en la residencia Cardenal Marcelo, dependiente de la Diputación Provincial de Valladolid, han fallecido a causa de complicaciones derivadas de una intoxicación alimentaria detectada tras una excursión a Ávila. Otras cinco personas, entre ellas una religiosa que trabaja en el citado centro, tuvieron que ser internadas.Cuatro de los enfermos han sido dados de alta y otra, Matilde Díez, permanece aún ingresada. Aunque el viaje a Ávila tuvo lugar el 18 de mayo y la primera muerte el 20, hasta ayer no hubo confirmación oficial de la noticia, adelantada el lunes por Radio Nacional de España.

Los fallecidos son Carmen Justel, de 56 años, y Amador Ruiz, de 65. Ambos padecían enfermedades antes de contraer la gastroenteritis. La primera, según el informe de la Diputación, sufría "un profundo deterioro constitucional e importantes modificaciones anatómicas y alteraraciones de la conducta psicosocial". En la noche del día 19 tuvo diarreas y vómitos, y falleció de madrugada "por un paro cardiaco, como consecuencia de la cardiopatía congénita que padecía".

Amador Ruiz falleció el 23 de mayo, cinco días después de la excursión a Ávila. Padecía diabetes e insuficiencia renal. Los primeros síntomas de gastroenteritis le aparecieron el día 20, aunque el propio enfermo, según el informe, achacó todo a un bocadillo de tortilla que guardó en el bolso para comérselo al día siguiente. En principio, se negó a ir a la enfermería. Su esposa, María Arreciado Novoa, también afectada por la gastroenteritis, reconoce en su declaración que compró en un bar de Ávila un helado tipo polo que no terminó porque no le gustaba, y se lo dio a su marido después de probarlo. Varios afectados, entre ellos el propio Amador Ruiz, reconocieron haber bebido agua fría de una fuente situada en la pradera-jardín donde almorzaron.

Ingreso de los afectados

Ante los casos que se iban produciendo, los responsables sanitarios de la residencia ordenaron el ingreso de los afectados e inmovilizaron los alimentos sobrantes del viaje a Ávila. Todos ellos habían sido preparados en la cocina del centro. De los análisis iniciales se desprende que la comida se hallaba en buenas condiciones, por lo que se atribuye la gastroenteritis a los helados y al agua ingeridos en Ávila.El asunto ha estado rodeado hasta ahora de gran secretismo. Sólo el presidente de la Diputación de Valladolid, Ovidio Fernández Cardero (CDS) ha respondido a los requerimientos de los informadores.

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