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"No es un juguete que se coge, se maltrata y se arroja"

"El mundo de la infancia, hecha toda de instintos, parece estar muy próximo al mundo de los animales", afirmaba Konrad Lorenz en un artículo publicado en junio de 1977 en EL PAÍS sobre Los niños y los animales.

"Los padres se interrogan: la cohabitación de los niños y los animales ¿es buena? Con algunas matizaciones, puede decirse que sí", escribe Lorenz. "Una condición, de todos modos, que ellos conocen muy rápidamente es que un animal no es un juguete que se coge, se maltrata y se arroja a su antojo. Ellos deben saber que poseer un animal es para lo mejor y lo peor, que hay que alimentarle todos los días, domingos y vacaciones también, que el animal tiene necesidad de cuidados y de afecto. Porque las bestias, como los niñitos, tienen necesidad de ternura".

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Más adelante, el premio Nobel afirma que: "Lo más probable es que el niño descubra la alegría más completa junto a un perro. Del perro, el niño va a aprender muchos comportamientos. Primeramente, la obediencia; después, el arte del mando, que reclama una gran paciencia y una buena dosis de indulgencia". Recoge, también, que "algunos educadores piensan que se evitarán celos ofreciendo un macho a la niña y una hembra al niño".

Lorenz se mostraba, en cambio, menos partidario de los gatos, porque "entre un gato y un niño todo sucede dentro de diferentes niveles. Su majestad el gato no admite amo. Mal jugador, no le gustan mucho las impertinencias y lanza con facilidad arañazos vengativos".

Útiles enseñanzas

"No es la peor manera de exigir el respeto por parte del niño, que aprenderá rápidamente que se debe acariciar a un gato únicamente siguiendo el sentido de sus pelos. La amistad del gato es una dificil conquista que requiere gran lujo de precauciones. Algunos psicólogos afirman que de sus relaciones con el gato los pequeños podrán obtener útiles enseñanzas que les serviran más tarde para hacer la corte a las mujeres".

"Los lazos que unen a animales y niños deben, por fuerza, impresionar a todos aquellos que se dedican a la instrucción de los niños. En Estados Unidos los animales juegan una función más completa que en Europa. La información sexual llega a través de ellos: la mayoría de los mamíferos tiene órganos genitales muy obvios, que los niños notan".

Con respecto a los pájaros, Lorenz considera que esos animales encarnan "esencialmente el universo de la poesía y el del ensueño. Sus colores encantan, pero todavía más su canto y, sobre todo, su capacidad de volar".

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