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SORTEO DEL NIÑO

Vizcaya, Barcelona y Cartagena se reparten 5.000 millones del primer sorteo del año

"A partir de mañana me retiro. Me iré con mi marido, mi hija y mi suegra a recorrer mundo". Así se explicaba ayer la joven camarera del bar La Carolina, de Plentzia (Vizcaya). Fátima Estévez, de 22 años, había comprado, junto con su amiga María, de 26 años, un décimo que le suministraron los dueños del bar. En ese establecimiento se habían vendido ocho series del gordo. La administración número 1 de Plentzia vendió en taquilla las cuatro series restantes. A sus dueños, el matrimonio Ibargaray, no les tocó nada, pero lo celebraron con cava.

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El matrimonio Ibargaray vendió 12 series del número 29.731 y además se vieron agraciados con dos premios extraordinarios, de 500 millones cada décimo. Los dueños de esa administración, que lleva tan sólo 20 meses de funcionamiento, se estrenaron el pasado verano con otro premio gordo. "Parece que estarnos en vena", comentaban mientras consumían una copa de cava.Ocho de esas 12 series vendidas fueron al bar La Carolina, regentado por los hermanos Onaindi. El bar se encontraba a la una del mediodía repleto de gente. El establecimiento, que sirve comidas a los trabajadores de las zonas colindantes, está ubicado en la carretera que conduce a la localidad de Urduliz desde Plentzia. Una joven de 22 años, de aspecto discreto y actitud tímida, anunciaba desde el otro lado de la barra, a los primeros curiosos que se habían acercado por la zona, que había sido agraciada con el premio gordo. "El de los 500 millones nos ha tocado a nosotras". Nadie se lo creía. Tuvo que repetir su mensaje alzando la voz -"¡que me ha tocado!, ¡que nos ha tocado!"-, mientras algún periodista se abalanzaba sobre la dueña del bar, Ana María Onaindi, que decía que ella sólo había jugado un décimo y su marido "otros dos o tres".

Fátima Estévez, vecina del barrio bilbaíno de Otxarkoaga, de 22 años, casada y con una hija de tres años, llevaba un año y medio trabajando en el bar La Carolina. Su amiga María, de 26 años, empleada doméstica en una casa de Gorliz, solía frecuentar el bar. Hace unas semanas decidieron comprar un décimo a medias. Ayer no se lo creían.

Los agraciados del otro premio extraordinario no se dieron a conocer, pero ellas se quedaron inmóviles, sin apenas reaccionar, en el bar donde trabajaba Fátima. Esta joven camarera cobraba en el bar 40.000 pesetas mensuales. Su marido es impresor. Ayer anunciaba, con una copa de cava en la mano, que era su último día de trabajo. Su amiga María, por el contrario, decía que seguiría trabajando en la casa donde ha prestado su servicio en los últimos 10 años. "Se trata de un viudo con dos hijas que me necesitan". La dueña del bar La Carolina echaba cuentas. "Un décimo yo, dos o tres mi marido... ¿Qué voy a hacer con tanto dinero?", repetía Ana María Onaindi mientras ganaba tiempo para hallar una respuesta ambigua. "¿Qué crees, si somos 10 hermanos?".

En la localidad vizcaína de Erandio también cayó un pellizco del gordo: los 160 millones por otra serie. La administradora de lotería, Maruja, sólo expresaba una queja: había vendido nada más que un billete.

En busca de millonarios

Periodistas, representantes de bancos y cajas de ahorro y curiosos fueron las únicas personas que ayer se acercaron a la administración de lotería número 97 de Barcelona -situada en la plaza de Urquinaoria-, donde se había vendido tres series del gordo, una de las fracciones especiales agraciadas con 500 millones de pesetas y dos series del número posterior al primer premio. Según explicó el titular de la administración, Pedro Fortuño, su establecimiento ha repartido más de mil millones de pesetas en premios, de los cuales 964 corresponden al número 29.731.Ninguna de las personas premiadas se acercó ayer al lugar donde había comprado los décimos. La única información que Fortuño dio a las personas que preguntaban por los ganadores era que se trata de uno o varios abonados habituales de cada sorteo y que el resto de los décimos habían sido vendidos uno a uno en la ventanilla del establecimiento.

Con el número 29.731 Barcelona recibe por segundo año consecutivo los millones del Niño. El pasado año Barcelona repartió los 5.200 millones del gordo, en parte, entre funcionarios de la Delegación de Hacienda. En esta ocasión, en Barcelona han caído alrededor de 1.000 millones, de los 6.000 que jugó Cataluña.

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