_
_
_
_
_
GENTE

Ciro Mariano,

jefe de la Camorra napolitana, salió el lunes pasado de la cárcel, donde cumple una pena de 20 años por tráfico de drogas, para asistir a la que ya ha sido calificada en Nápoles como la boda del siglo. Ciro, que sigue siendo desde la cárcel el mandamás de los tristemente famosos Quartiere Spagnoli, los barrios más pobres de la ciudad, fue el padrino de la boda de su hermano Marco, de 33 años, y Patrizia, de 24, celebrada ante 800 invitados. Toda la flor y nata de la Camorra napolitana se dio cita en la celebración. En el itinerario por las callejas del barrio, donde normalmente el atasco de coches es total, no había aparcado un solo automóvil desde la noche anterior. "Gran respeto por los novios", se comentó. Una alfombra de 200 metros hecha de pétalos de flores y 20 motos Honda escoltando a los novios, que iban en un Rolls-Royce blanco de época, son sólo algunos de los ejemplos del esplendor y el lujo de la ceremonia nupcial. Sólo hubo un pequeño percance. La comida nupcial, que duró 14 horas, fue interrumpida por 40 agentes pidiendo la documentación. El animador de la boda no perdió la calma y envió un mensaje típicamente mafloso: "Que nadie se intranquilice, se trata sólo de un control rutinario que los agentes del orden se ven de cuando en cuando constreñidos a hacer incluso contra su voluntad". Y así fue. Los agentes afirmaron que todo estaba en regla. Tras el festín, el padrino regresó a la cárcel.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_