Salvas de cañón saludan en Bagdad el comienzo oficial de la tregua
Un solo incidente ensombreció ayer la entrada en vigor del alto el fuego entre Irán e Irak: un petrolero iraquí, el Jaila, fue interceptado por una patrulla naval y helicópteros iraníes antes de cruzar el estrecho de Ormuz, poco después del comienzo oficial del cese de hostilidades. Sin embargo, los 350 observadores de la ONU que ayer se desplegaron a lo largo de la frontera entre los dos países en guerra desde 1980 expresaron su satisfacción por la calma que reina en el frente. La tregua fue acogida con gran euforia en Bagdad y con triste alivio en Teherán.MARIA ÁNGELES ESPINOSA ENVIADA ESPECIAL, Hasta la paz se celebra a cañonazos en esta parte del mundo. Eran las 13.10, hora del dohor o plegaria del mediodía: 101 salvas sonaron atronadoras en los cielos de Bagdad. Esta manifestación triunfal se repitió cinco veces ayer, a las horas de oración del islam, para celebrar el alto el fuego, que entraba oficialmente en vigor a las siete de la mañana. Las calles fueron una fiesta ya en la madrugada previa y de nuevo al atardecer, cuando el sol dejó de quemar la ciudad.
Miles de hombres y mujeres de todas las edades provocaron un gigantesco atasco de tráfico con sus bailes y sus gritos.El equipo de cuatro soldados encargados de la celebración sonora actuaba con metódica rapidez en la carga y disparo de la pólvora. Los cuatro hombres permanecían impasibles tras el cañón, mientras el puñado de periodistas asistentes se tapaba los oídos con cara de horror. Al menos, esta vez no les pilló desprevenidos.
Cuando hacia las cinco de la mañana sonaron los disparos de la oración del alba, más de uno se despertó sobresaltado. Aun así, los hubo despistados: un equipo de la televisión japonesa llegó tarde. No importa. Los soldados estaban de buen humor y repitieron tres disparos para que nadie se perdiera la fiesta. Al final, repartieron los envoltorios de la munición "para poner flores". Al menos, su forma permitirá que se conviertan en originales portalápices.
Los rumores de que el presidente Sadam Husein volvería a decretar ayer tres días de fiesta no se confirmaron. Si bien desde la noche del viernes y hasta altas horas de la madrugada de ayer se produjeron manifestaciones de júbilo, con caravanas de coches haciendo sonar sus cláxones y gente de toda condición cantando por las principales calles de la capital y frente a la residencia del jefe del Estado, la jornada laboral se desarrolló con normalidad.
La situación económica y el deseo de acelerar al máximo el proceso de reconstrucción aconsejaban no perder más horas de trabajo. El sábado en Irak es como el lunes en Europa, tras la festividad del viernes, de acuerdo con la tradición musulmana.
El presidente Sadam Husein dio cuenta de la aceptación del alto el fuego pocas horas antes de su entrada en vigor. En una carta abierta dada a conocer ayer, el jefe supremo de todos los órganos de decisión del país precisa, no obstante, que dicho alto el fuego debe ser "seguido inmediatamente por negociaciones directas entre Irak e Irán, con el objetivo de alcanzar un tratado que establezca una paz segura y duradera entre los dos países".
Los observadores de la ONU
Mientras tanto, los observadores militares de la ONU iniciaron ayer la toma de posiciones a lo largo de los 1.200 kilómetros de frontera irano-iraquí. La UNIIMOG (siglas con que se conoce al Grupo de Observación Militar Irán-Irak de las Naciones Unidas) concentrará casi la mitad de sus 350 efectivos en el sector de Basora, 500 kilómetros al sur de la capital iraquí.
El jefe de la UNIIMOG, el general yugoslavo Slavko Jovic, salió el pasado jueves de Bagdad con destino a Teherán, dejando al mando de las fuerzas a su asistente, el brigadier Babil, de nacionalidad india. Un brigadier irlandés realizará las mismas funciones del lado iraní.
No hubo ayer informes sobre acciones militares en los campos de batalla, donde sólo se han producido algunos disparos ocasionales durante las dos últimas semanas. Una tregua de facto se viene observando por ambos contendientes desde que el pasado 8 de agosto el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, anunciara la fecha del alto el fuego.
El coronel Ivans, miembro de las fuerzas de la ONU, de nacionalidad canadiense, expresó ayer en Basora, tras una visita al frente, su alegría "por el silencio total y la tranquilidad" que reinan en la actualidad en dicho sector, que ha sido uno de los más bombardeados a lo largo del conflicto que ha costado la vida a un millón de personas.
Además de Basora, los 175 funcionarios encargados de supervisar la tregua desde el lado iraquí, con el apoyo de militares y civiles voluntarios de las Naciones Unidas, fijaron ayer sus bases en la ciudad de Kirkuk, al norte del país, y la de Baquba, al este.
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