El amor, protagonista
Poco después de un notable western moderno que no es aventurado calificar como su mejor película, Llega un jinete libre y salvaje, Alan J. Pakula nos obsequió con una comedia sentimental, ligera, contenida, suave y -tal vez por ello- algo apagada y mustia, pero de una humanidad noble reposando en sus imágenes: Comenzar de nuevo. El tema central de la obra, aunque en apariencia sea el del amor y su triste colofón, el desamor -matrimonio en crisis, separación y un nuevo romance para él-, es sin duda el de la soledad, esa peste existencial que es la médula de toda gran obra, de Centauros del desierto a Gertrud.El filme de Pakula, claro está, bien apoyado por las argucias guionísticas de James L. Brooks -más tarde realizador de La fuerza del cariño y Al filo de la noticia-, no llega a tante, pero su constante fluctuar entre el melodrama y la comedia con aproximaciones al valle de las lágrimas- y, sobre todo, el buen hacer de dos señoras como Candice Bergen y Jill Clayburg -no tanta calidad derrocha el más bien simiesco Burt Reynolds-, aguantan el torbellino pasional expuesto o, mejor, permiten que lo aguantemos. Es una película fácil, pero de acertado tono y espléndida fotografía del bergmaniano Sven Nykvist.
La mujer X se emite a las 18
00 por TVE-2, y Comenzar de nuevo, a las 22.40, por TVE-1.
También el amor y sus cuitas -aquí con implicaciones materno-filiales- es el protagonista de La mujer X, un melodrama sin punch más allá del que pueda aportar el aura míti ca de una Lana Turner ya muy mayor para el papel -el filme es de 1965-. Y es que David Lowell Rich, un director siempre mediocre, se limita a leer en imágenes su guión -procedente de una célebre obra teatral de Alexandre Bisson, ya otras veces llamada a la pantalla- sin el más mínimo sentido visual -o sólo con el más mínimo-, sin garra, sin poner toda la carne en el asador.