Campsa inaugura el pago con tarjetas de crédito en las estaciones de servicio
Campsa inauguró ayer un nuevo servicio de pago mediante tarjeta en las estaciones de servicio y realizó la apertura del primer minimercado que no se encuentra instalado junto a ninguna gasolinera. Ello responde al esfuerzo realizado por la empresa para prepararse ante las nuevas circunstancias impuestas por la liberalización del mercado español y los niveles de competencia que serán necesarios.
Tras el acuerdo alcanzado entre Campsa y las sociedades 4B y SEMP, se podrá pagar en las estaciones de servicio con las tarjetas Visa, Mastercard, Eurocard y 4B. Durante las próximas semanas se implantará este sistema en 15 gasolineras y se ampliará a más de 100 antes de que finalice el año.También acaban de inaugurarse los dos primeros minimercados de la cadena Seven Eleven, que no se encuentran instalados junto a ninguna gasolinera, lo que supone un paso importante en la materialización de la estrategia de diversificación de su negocio iniciada por la antigua compañía arrendataria del monopolio de petróleos, al tener que abandonar éste.
Seven Eleven es una marca franquiciada para cuya explotación se realizó un joint venture que agrupa en Socamp S A a la firma propietaria de la marca, la norteaemericana Southland con un 40% de participación en los 1.000 millones de capital que poseen y a Campsa con el 60% restante.
En principio esta prevista la instalación de minimercados en 160 de las 2.000 estaciones de servicios que pretende abanderar, así como 40 independientes que darán trabajo en total a unas 2.000 personas y para lo que está prevista una inversión de alrededor de 6.000 millones.
Estas tiendas en las que pueden encontrarse cerca de 2.000 productos distintos permanecen abiertas las 24 horas del día.
Para Manuel Criado, director general de Socamp, "era necesario probar el sistema fuera de las gasolineras". De momento ya han comprobado que la instalación de los minimercados en las estaciones de servicio aumenta un 15% el consumo de gasolina de las mismas.
Esta diversificación se apoya en un plan informático puesto en marcha por Campsa que supone la inversión de 2.100 millones de pesetas hasta 1989.
