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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Falta de plástico

Leí el 17 de abril en sus páginas de economía que falta plástico en España; que en 1985, salvado el bache de 1973-1985, volvió a aumentar el consumo europeo y, en mayor proporción, el español hasta llegar a 40 kilos por habitante y año, y que, como hasta ahora se consumía aproximadamente la cantidad elaborada en España (claro, a partir de la materia prima-petróleo), la mayor necesidad de bolitas de plástico creen poder cubrirla los fabricantes con los productos de las plantas petroquímicas del Este europeo o llevando a las empresas europeas occidentales a producir más. Esa filosofia y ese comportamiento me parecen antiecológicos:

1. Porque sólo contemplan la alternativa de usar otros materiales como mal mayor. (Espero que no piensen en el aluminio, que es peor y más caro, sino en el papel, que es biodegradable.) Pero lo que en cualquier país europeo se envuelve en bolsas de papel en las tiendas: libros, alimentos o cualquier artículo de supermercado, o está hecho de papel: vasos desechables, viruta de embalajes, etcétera, aquí se envuelve en plástico o es de plástico y además hortera.

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2. Porque en el mismo periódico, en la página sobre la pérdida del ozono de la atmósfera, se decía que una de las causas de ello era un método de fabricación de envases de espuma de plástico que iba a dejar de usarse en EE UU.

3. Porque ni se les ocurre lo único bueno, es decir, la reutilización. Que tiene dos ventajas: el ahorro de petróleo para España y la desaparición utilísima de detritos contaminantes para la naturaleza y antiestéticos a nuestros ojos, como bolsas y envases flotando en las costas y en las ventoleras urbanas, o tiradas sin poder pudrirse en pinares, barrancos cerca de los pueblos, márgenes de ríos, etcétera.

La solución contra los despilfarradores y los que contaminan es recoger y reutilizar todo: papel, plástico, metal, vidrio, incluso grasa para jabón, como las madres no consumistas.

Porque los hechos destructivos y antiestéticos para la naturaleza no son sólo delitos ecológicos, son delitos de lesa naturaleza, delitos contra el bien común; pues el bien común no es una idea abstracta, es algo concretísimo, es la tierra, el aire, el agua y el espacio sobre la atmósfera y es, también, lo único que tenemos. Así que, dándole sentido a una palabra desgastada, se puede decir que hacer daño a la naturaleza es inmoral.-

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