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El contrato-programa de Renfe no es la obra del siglo, según Comisiones Obreras

El sindicato ferroviario de Comisiones Obreras asegura que el contrato-programa de Renfe no es la obra del siglo, como asegura el gobierno, ya que antes de aplicar el Plan de Tráfico Ferroviario (PTF) en 1984 se Invertían en pesetas constantes cifras del mismo orden que las previstas -1,02 billones de pesetas en los próximos cuatro años-.

Otras de las críticas que contiene un informe elaborado por CCOO es que el contrato-programa dedique mayor atención al tráfico de viajeros que al de mercancías, casi obviado, y que se haya aprobado sin participación de los agentes sociales, a los que ni siquiera se ha informado. También plantea para qué va á servir el debate en el Parlamento sobre el PTF, cuando el contrato-programa condiciona las inversiones en el ferrocarril para los próximos cuatro años.Comisiones cree que los objetivos de tráfico son mediocres -aumento del 2,5% anual acumulativo en viajeros y 1,8% en mercancías-. Respecto a la reducción de tiempos de viaje de los trenes más rápidos, critica que no estén afectados los regionales periféricos, que permanecen en sus tiempos actuales.Una duda que tiene el sindicato es, si el carácter meramente indicativo de los objetivos de tráfico y el carácter vinculante de los objetivos económicos, van a derivar en un aumento de tarifas o en un estancamiento del tráfico. También echa en falta que en el documento no se haga mención expresa a temas de personal, salvo para hablar de un crecimientó de la productividad en un 28,6% entre 1987-1991.En cuanto a las inversiones, no está de acuerdo en que las destinadas a la red básica se hagan a base de descapitalizar la red secundaria y complementaria, que se reducen un 14,3% sobre la prevista en borradores anteriores del contrato-programa. Para Comisiones es muy poco ambicioso el plan de saneamienlo financiero y ve "la mano de Hacienda, que convierte uno de los aspectos positivos que contenía el borrador en un plan a medida de la Administración".No obstante, el sindicato encuentra aspectos positivos, como el nuevo esquema financiero que supone el fin de la filosofía "que se adeude Renfe y no el Estado", al asumir éste el pago de los costes financieros y el principal de su deuda con la empresa por insuficiencias de subvención y el compromiso de convertir la deuda en corto, a largo plazo.

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