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Los 3.200 excedentes del naval deben optar por la rescisión de contrato o seguir en el fondo de empleo

Los 3.200 trabajadores excedentes del sector naval, pertenecientes a los astilleros de Bilbao y Ferrol, deben optar por la rescisión de contratos o firmar la prórroga en el fondo de promoción de empleo. Ello se debe a que la Dirección General de Trabajo ha denegade do una nueva prolongación de la suspensión de empleo, "medida puente" adoptada el pasado 31 de diciembre, fecha en que finalizó la primera estancia de los trabajadores en el fondo. Hoy mismo las empresas deben iniciar las consultas con los sindicatos, previas a la presentación del expediente de rescisión de contratos.

La Dirección General de Trabajo debe resolver dentro de dos meses el expediente de rescisión para los trabajadores que no se acojan al fondo de promoción de empleo del sector naval. En consecuencia, hoy se inicia la cuenta atrás para los 1.480 excedentes (le los astilleros concentrados en la Ría de Bilbao y los 1.500 de Ferrol.Paralelamente, la comisión de seguimiento de la reconversión naval intentará encontrar una solución negociada a la prórroga por 18 meses de los fondos de promoción de empleo, que los trabajadores se han negado a suscribir y reclaman su vuelta a las empresas.

Si los trabajadores aceptan la prórroga, se pondría en marcha un plan de jubilaciones anticipadas para quienes cumplan 55 años antes del:31 (le diciembre de 1990. Ello significa que se podrían prejubilar los trabajadores que ahora cuentan 52 años o más.por este problema, informa Pilar Luengo desde Bilbao, protagonizaron ayer una acción que supera en daños causados anteriores incidentes en sus rnovilizaciones. Soldaron las ruedas de un tren mercancía a la vía férrea, con la utilización de grupos electrógenos.

Los operarios, con grave peligro de ser arrollados, consiguieron parar un convoy de 13 vagones que trasportaba contenedores cuando se encontraban colocando barricadas con maderas y ruedas. Tras amenazar al conductor del convoy con incendiar el tren, procedieron a soldar las ruedas traseras de la locomotora a la vía férrea utilizando cuñas metálicas. Los muelles de suspensión y las mangas de aire de la locomotora quedaron seriamente dañados. Un motor de agujas de las vías fue quemado y colocaron una barra soldada entre las agujas, con lo que quedaron temporalmente inmovilizadas. Según fuentes de Renfe los daños ocasionados son muy cuantiosos y las pérdidas pueden situarse en varios millones de pesetas.

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