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El Barça no cede en la Copa de Europa

Robert Álvarez

El Barcelona vuelve a ser aquel equipo inaccesible para todos los que no dan el peso mínimo en la balanza de la calidad. Una vez comprobada su fiabilidad en las condiciones más desfavorables, cuando estaba casi deshauciado en la Copa de Europa, anoche se le presentaba el típico partido que da la sensación de estar ganado. Uno de ésos que la mayor parte de las veces se complica y en los que la victoria parece menos valiosa.Las expectativas no eran tan apasionantes como en los compromisos ante el Maccabi o el Aris. El Palau Blaugrana se llenó por inercia. El ambien te no era explosivo ni mucho menos. Así que tuvo que ser el equipo azulgrana el que animara al público. Por si fuera poco, el Saturn, no dio facilidades para el lucimiento. Por su anarquía, se asemejó a algunos equipos franceses y, en todo caso, no reflejó el estereotipo de férrea disciplina que emana del clásico carácter germano.

El Saturn intentaba parar la creciente ventaja del Barcelona realizando una defensa muy presionante. Con ello, sus mejores jugadores se iban cargando de faltas. En este aspecto, el equipo azulgrana casi echó a su rival de la pista. A poco de empezar la segunda parte, Warrick, Jaeckel y Gnad ya acumulaban cuatro faltas. El tiro exterior de los azulgrana no pudo ser frenado. Nadie le había contado a Warrick cómo impedir los lanzamientos de Epi y la zona que impuso el Saturn fue toda una bicoca para éste y Sibilio. El Barcelona, mientras tanto, impedía que Warrick se moviera con facilidad y sólo tenía algún que otro problema con la versatilidad del pivot McPherson, que tanto luchaba bajo el aro como tiraba desde fuera de la zona, incluso desde más allá de la línea de 6,25 metros.

El equipo azulgrana fue subiendo el tono de su juego gradualmente. Sin perder seriedad, puso en práctica el baloncesto que tanto gusta a los pobladores de la canasta sur, el que no perdona y se recrea en su superioridad sin bajar en ningun momento la guardia.

Los 10 puntos de diferencia que reflejaba el marcador antes del minuto ocho, los 22 a poco del descanso y la manifiesta superioridad azulgrana ya hacían prever que el resultado quedaría reducido a una mera anécdota. Se trataba de gozar del espectáculo. Así es como Norris y McDowell realizaban dos tapones seguidos a McPherson, Epi distribuía pases sin mirar, Norris completaba asistencias con una sola mano y surgía bajo el aro contrario como emanado de la nada absoluta.

Los otros resultados fueron los siguientes: Orthez, 70; Partizán, 73. Den Bosch, 80; Tracer, 85. Aris (será sancionado económicamente por los incidentes causados por el público ante el Barcelona), 93; Maccabi, 77.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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