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'DOS HOMBRES Y UN DESTINO'

Dos ganchos

Dos hombres y un destino es una película con gancho, o mejor dos: Paul Newman y Robert Redford. El segundo, en 1968, año de la producción, empezaba a imponerse como galán y sex symbol del cine norteamericano, y qué duda cabe que esta obra ayudó a cimentar la estela de mito que el actor posee desde hace años; el primero era ya por entonces un veterano ídolo que empezaba a peinar las canas de su eterna juventud. Los legendarios Butch Cassidy y Sundance Kid eran dos personajes que les iban que ni pintados. Simpáticos, tunantes, seductores e irresistibles. Y la película de George Roy Hill poco más o menos lo mismo: simpática, tunante, seductora e irresistible.Y algo truculenta también. Porque Dos hombres y un destino supo ganarse el favor de la juventud con una suerte de versión desintelectualizada de Jules et Jim (los protagonistas comparten a Katharine Ross, tan liberada lucía la moral del trío), dándole un aire festivo al western y barnizándolo todo con música en la oscarizada canción de Burt Bacharach Raindrops keep fallin in my head. Lester, años más tarde, retomaría a Butch y Sundance para ofrecer una panorámica más iconoclasta sus primeras hazañas, pero sin Newman y Redford perdería el gancho popular.

Dos hombres y un destino se emite hoy, a las 22.30, por TVE-1.

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