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Crítica:'BALONCESTO EN TVE'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un deporte barato

Luis Gómez

La programación de las diferentes televisiones para esta semana incluye la retransmisión de hasta un total de siete partidos de baloncesto (seis por TVE y uno por TV-3) lo que fácilmente puede ser considerado como una oferta excesiva. Es también la máxima oferta posible. Y aquí surgen las preguntas: ¿Es demasiado?, ¿es culpa de los clubes?, ¿es culpa de TVE?.Siete partidos pueden ser muchos hasta para el buen aficionado, sobre todo sí no son de suficiente calidad, y un suplicio para quien no guste de esta especialidad. A primera vista, de los siete encuentros tres son interesantes (Real Madrid-Dietor de Bolonia, Barcelona-Aris Salónica y CAI Zaragoza-Estudiantes) y un cuarto corresponde al partido sabatino de la NBA (Pistons-Rockets), que es otra cosa. El resto (Magia de Huesca-TDK Manresa, Joventut-Mariemburgo y Barcelona-Cacaolat, éste por TV-3) no hacen demasiada falta. Ahora bien, es lógico que la gente se pregunte cuál es la causa de tanto baloncesto por televisión.

La culpa no es de nadie y un poco de todos. TVE pretende hacer de la segunda cadena un canal deportivo -ya la pasada semana ofreció, por ejemplo, cuatro partidos de fútbol- y por tanto, tiene espacio sobrado para ofrecer un poco de todo o mucho de un poco. Este es el caso del baloncesto esta semana.

¿Por qué baloncesto? Son varias las causas. Una, que es el segundo deporte en audiencia, pero, a diferencia del fútbol, no es nada reticente en abrir sus canchas a la televisíón. Los clubes de baloncesto son capaces de todo porque les televisen partidos, cambian su horario a gusto de TVE y aceptan cualquier condición. Además, es muy barato, a millón y medio por encuentro -un partido de fútbol de Liga cuesta entre 20 y 40 millones de pesetas-. Los clubes en cuestión ganan su dinero gracias a los contratos de publicidad estática y refuerzan a su patrocinador.

Se trata, pues, de una situación en la que coinciden los intereses de ambas partes. TVE, que necesita oferta, tiene un deporte de audiencia que es barato y más que asequible. Los clubes aumentan sus ingresos atípicos con tantas horas de publicidad indírecta. Pero esa es la trampa, incluso para los propios clubes. Porque al ser la oferta tan amplia no es necesariamente una oferta cuidada, y ahí los clubes han pecado siempre por exceso, deseosos de que les retransmitieran cuantos más partidos mejor.

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