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GENTE

Maite, David, Nuria, Lorena y Arancha,

cinco niños de entre 7 y 10 años que viven en la urbanización Los Ángeles de San Rafael (Segovia) -propiedad del presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil y Gil-, pretenden aprovechar el último triunfo atlético sobre el Real Madrid para conseguir que Gil, a quien suponen que estará de buen talante, deje de una vez por todas de cortarles el agua. La carta, redactada con un estilo propio de la edad, dice: "Por favor, Jesús Gil, ponnos agua, te lo pedimos todos los pequeños y pequeñas de la parcela 44, mucha gente se va por el agua, y nosotros nos aburrimos. Necesitamos el agua. Porque los viejecitos y viejecitas se cansan de ir a por el agua y como el manantial de abajo es malo la necesitamos. ¿Es porque no te pagamos? Todos los niños y mayores de mi parcela te pagamos, porque hasta Miguel el guarda te lo agradecerá". Junto a esta exposición de motivos, Nuria, que fue quien escribió la carta en nombre de todos firmantes por ser la mayor, trata también de influir en Gil por métodos más sibilinos: le revela que ella es hincha del Atlético de Madrid, lo que, a su juicio, debería ser el factor determinante. "Y encima de que el Atlético gana al Real nos cortas del agua", le reprocha, en el colmo de la incomprensión. Nuria aún va más allá, y, en un alarde de identificación con el presidente rojiblanco, le apostilla: "Hasta ahora el Madrid era invencible por los árbitros y el Atlético ha sido el único equipo

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