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250.000 madrileños pedalearon ayer por la ciudad

Unos 250.000 chándals recorrieron ayer sobre dos ruedas los 30 kilómetros de la X edición de la Fiesta de la Bicicleta en Madrid, desde las nueve de la mañana hasta las doce del mediodía. Familias con hijos y filmadora de vídeo, peñas de barrio, jóvenes deportistas pedalearon, al igual que el alcalde de Madrid, Juan Barranco, sus hijos y sus guardaespaldas. Cada cual se unió a la marcha en la medida de sus posibilidades musculares.

Al filo de las nueve de la mañana, con un pistoletazo del alcalde en chándal, se inició la carrera en la calle de Ménendez Pelayo, que bordea el parque del Retiro. Las bicicletas abarrotaban la longitud de esta vía, desde la intersección con la calle de Ibiza hasta Doce de Octubre, con aproximadamente la tercera parte de los cilistas que al final llegaron a la meta. El resto se fue uniendo sobre la marcha y mientras otros abandonaban la carrera para desayunar. Disfraces, gorritas y ropa deportiva atravesaron las principales calles de Madrid con el compromiso de abandonar las vías a las doce en punto del mediodía, para que se reabrieran al tráfico las vías ocupadas por los deportistas.

Familias rezagadas

Varios grupos de participantes, en su mayoría familias con niños de corta edad, manifestaron su protesta por la velocidad con la que los policías municipales iban retirando las vallas, antes de las doce, y abriendo paso al tráfico a medida que pasaban los gruesos principales de ciclistas, poniendo en aprietos circulatorios a los rezagados. A unos 500 metros de la meta, unos altavoces difundían canciones de discoteca, mientras un tenderete de la cadena COPE, organizadora de la marcha, radiaba los acontecimientos de la carrera.El punto donde se produjeron más caídas en cadena fue el paseo de Moret, el parque del Oeste, donde la pendiente y los badenes ocasionaron rasguños. El alcalde y su hijo mayor finalizaron a las 11.05 con dos arañazos en las piernas y con las mejillas coloreadas por el esfuerzo. Un vallecano de 56 años que participó, con su nieto de 14 comentaba, ufano, que había cubierto el recorrido. Taxistas, abogados, especialistas en informática, universitarios, peluqueros y niños sacaron sus bicis a pasear durante la mañana del domingo. Las últimas ambulancias arrastraban a tracción a grupos de patinadores cansados.

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