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Las comparsas bilbaínas convierten las fiestas en una marcha de repulsa contra la actuación policial del viernes

El tradicional recorrido festivo que las comparsas realizan en Bilbao durante la Semana Grande (Aste Nagusia) al finalizar la corrida taurina, se convirtió ayer en una martifestación de repulsa por las cargas indiscriminadas de la policía en la noche del viernes. Las 27 comparsas habían decidido, en principio, cambiar su habitual itinerario para desplazarse hasta el Gobierno Civil de Vizcaya y pedir la dimisión del gobernador, Ignacio López. Sin embargo, los comparseros, tras una fuerte discusión, optaron por mantener el itinerario tradicional ante el incremento de los efectivos policiales que protegen, el edificio oficial.

Los miembros de las comparsas realizaron ayer la bajada desde la Plaza de Toros hasta el recinto festivo, ubicado en los jardines de El Arenal, entre peticiones constantes de dimisión del gobernador civil y gritos de "que se vayan" dirigidos a los efectivos policiales. Miles de personas asistieron al recorrido de las comparsas, que concluyó sin incidentes, pasadas las 21 horas. Al término de la marcha, representantes de las comparsas leyeron un comunicado en el que se solicita una explicación por la intervención policial del viernes y se afirma que Ia presencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado en el recinto festivo "es en sí misma una provocación". El comunicado insiste en la exigencia de la inmediata dimisión del gobernador civil. En el texto se considera también que el alcalde de Bilbao, José María Gororddo, del PNV, ha mantenido en todo momento una activa defensa de las fiestas y de la integridad del espacio festivo "ante la agresión de las fuerzas de orden público". Concejales de Euskadiko Ezkerra, Eusko Alkartasuna y HB en el ayuntamiento de la capital vizcaína expresaron también su apoyo a Gorordo en este sentido.

La coordinadora de las comparsas intentaba canalizar ayer las denuncias presentadas por el centenar de personas que resultaron contusionadas, para interponer una querella criminal colectiva contra el gobernador civil. Tres personas heridas en los incidentes permanecían ingresadas en el hospital de Basurto. Uno de los heridos presenta fractura de esternón; otro, traumatismo facial, y el tercero, fractura de mandíbula.

Las críticas de la mayoría de las fuerzas políticas vascas por la actitud de los antidisturbios contrastaban con la opinión del gobernador, que justificó la actuación policial aludiendo a agresiones verbales y físicas de algunos individuos contra los miembros del Cuerpo Nacional de Policía.

Fiestas politizadas

Sin embargo, este hecho no fue percibido por un grupo de periodistas, testigos de excepción de los incidentes por encontrarse a tres metros de la policía en el momento en que comenzó la primera carga indiscriminada contra los paseantes del Arenal. La impresión generalizada de los testigos presenciales coincidía en señalar que la actuación policial parecía estar perfectamente coordinada por la orden de disparar botes de humo y pelotas de goma ante el más mínimo incidente.

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Por su parte, el gobernador civil de Vizcaya, aludía al carácter politizado de las fiestas de Bilbao, al señalar que tenía noticia de la intención de HB y las gestoras pro amnistía de convencer a la coordinadora de comparsas para que aceptara su propuesta de actos reivindicativos, que finalmente no se celebraron.

El gobernador, opina que "se han dramatizado los hechos", ya que el número de heridos graves ingresados en los centros hospitalarios es tan sólo de tres personas, mientras que 12 policías resultaron contusionados. Por contra, en el puesto de la Cruz Roja se mantenía ayer que el número de atendidos superaba el centenar.

"La presencia de las fuerzas de seguridad transcurrió sin incidentes hasta las nueve de la noche", explicaba ayer el gobernador, "si se le puede llamar sin incidentes a ser continuamente agredidos verbalmente, con gestos obscenos y lanzamiento de piedras contra un grupo de los efectivos".

El gobernador civil, que justificó las sucesivas cargas al señalar que las comparsas "pasaban por delante de las compañías de reserva con gritos festivos y en contra de las fuerzas de seguridad hasta que un grupo de ellos agredió a las fuerzas", ha reconocido los intentos de mediación. por parte del alcalde, José María. Gorordo.

Las reacciones de los partidos. políticos vascos coincidían en culpabilizar al gobernador de los hechos. Euskadiko Ezkerra y, EA, que piden la abolición de la figura del gobernador y la sustitución de las Fuerzas de Seguridad del Estado por la Ertzaintza (policía autonómica vasca), matizan sus diferencias.

Los dirigentes de Euskadiko Ezkerra comparan la actuación policial del pasado viernes con otras Ilevadas a cabo en el período franquista", a la vez que acusan a la policía de "usurpar el espacio festivo a los bilbaínos". Para Eusko Alkartasuna la responsabilidad recae sobre el gobernador y el alcalde, pero no quedan exentos de culpa "Herri Batasuna y organismos paralelos".

Por su parte, Herri Batasuna afirma que, "tras el asalto policial al recinto de la fleria", se habrán disipado las dudas sobre el ambiente conflictivo que se ha vivido en las fiestas. "Las escenas de terror colectivo fueron el balance del odio y deseo de venganza contra el pueblo vasco por parte de la policía española, a las órdenes del gobernador", agrega el comunicado de HB.

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