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El torbellino, italiano

El corazón de la rivalidad está en el duelo personal entre Bettino Craxi, que reina como el primer político del país, y Ciriaco de Mita, el astuto jefe de los democristianos y consumado luchador político. De Mita y otros muchos democristianos se resienten desde hace tiempo de la posición dominante de Craxi en la coalición del pentapartido, sobre todo porque los socialistas cuentan solamente con un tercio de los votos que van a la Democracia Cristiana, el mayor partido del país.El otro jugador que pretende beneficiarse del lío actual es el partido comunista, que está en la oposición. La dirección comunista ha tenido mucho cuidado de no presionar en pro de unas elecciones. anticipadas. Su esperanza es que el desencanto público ante las constantes disputas entre los cinco miembros de la coalición llegue a un punto crítico y les permita empezar a alzarse con un mayor espectro de votantes. Lo más probable es que se celebren elecciones anticipadas, quizá en junio o julio. Si así ocurre, los socialistas cuentan con que la popularidad personal de Craxi se traduzca en un beneficio electoral concreto para la totalidad del partido. Así como ello daría a Craxi un mayor margen de maniobras en cualquier Gobierno futuro, nadie cree que los socialistas se puedan acercar a la fuerza electoral de los democristianos o los comunistas. Así, por lo menos de momento, Italia parece destinada a hundirse con más profundidad en la política turbulenta de antaño.

19 de abril

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