El cambio de actitud sorprendió al mercado
La rapidez continúa siendo la pauta de comportamiento más destacable en los mercados de valores, aunque, en ocasiones, ésta consiga sorprender incluso al propio mercado, tal y como ha sucedido en esta última sesión. La confianza en una bolsa ágil y con un fuerte volumen de operaciones -el martes se obtuvo el récord de contratación- se ha visto defraudada por unas tomas de beneficios que, no obstante, no han tenido un alcance excesivo. El problema que se plantea ahora es el de la. magnitud de esta materialización de plusvalías, ya que, si bien en un primer momento ha tomado el aspecto de un proceso selectivo, a última hora eran pocos los valores que conseguían mantenerse con demanda. Las cotizaciones se encuentran en sus niveles máximos, a veces históricos, porque hasta ahora se ha favorecido los intercambios gracias a la presencia de compradores, pero incluso los excesos de liquidez y las modas tienen sus horas bajas.La fulminante baja que sufrieron los valores eléctricos viene a llamar la atención sobre la tranquilidad con que los interesados se están tomando la resolución de los problemas del sector. Los principales valores del grupo registraron caídas al límite que, en algunos casos, suponen situarse un 20% por debajo del nivel en que comenzaron el ejercicio. Dado que el ambiente no era el más adecuado para aceptar riesgos excesivos, se impusieron las realizaciones a un nivel casi general.
Sólo tres grupos han conseguido terminar la sesión con avances, destacando el siderúrgico, con algo más de 12 puntos. El resto, a pesar de algunas subidas importantes, se inclina ante la fuerza de las ventas y cede posiciones. Los valores bancarios mostraron unos saldos netamente vendedores -algo más de 300.000 títulos para los siete grandes-, al tiempo que el volumen negociado deja al descubierto la retirada del dinero.
