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Entrevista:MEXICO 86

Maradona: "El Barcelona es tan grande que puede incluso sobrevivir a Núñez

Pocas horas antes de jugar su primera final en una Copa del Mundo, Diego Armando Maradona, elevado en este campeonato a estrella máxima del fútbol, accedió a tener una larga conversación con este periódico. En el curso de la misma afirmó que hasta ahora no ha conseguido recuperarse plena mente de la lesión que le produjo Goikoetxea. Afirmó recordar mucho al Barcelona: "Una sociedad tan grande que puede incluso sobrevivir a Josep Lluís Núñez". Se mostró confiado en la victoria de su equipo en el partido de hoy: "Esta selección argentina posee una ventaja respecto a la que fue a España: tiene hambre de gloria".Pregunta. Por fin, Maradona ha alcanzado la consagración y el triunfo en una Copa del Mundo. ¿Qué piensa ahora?

Respuesta. La consagración quizá ya había llegado, pero el triunfo no, porque el triunfo sólo se producirá si ganamos la final. Y ahora que me está pasando todo esto me acuerdo de tantos y tantos compañeros con los que he jugado. De los cebollitas, que llevábamos la ropa a lavar a casa, del Argentinos Júniors, del Boca Júniors, del Barcelona, del Nápoles; de todos los amigos con los que he jugado o he hablado de fútbol y que me han ayudado a llegar aqui. Los sintetizaría a todos en el flaco Gareca. Me habría gustado que estuviera aquí. Bilardo prefirió no traerle.

P. ¿Qué recuerda de las dos Copas anteriores?

R. En la primera yo tenía 17 años. Menotti me incluyó en la lista de 25 hombres para la preselección. Diez días arites de que comenzara el campeonato, nos descartó a tres: Bravo, Bottaniz y yo. Lo recuerdo como si fuera ahora mismo. Nos reunió en el campo y leyó la lista de 22 que se quedaban. Luego nos dio explicaciones a nosotros. Pero yo no lo pude entender. Lloré. Tenía 17 años, pero me sentía con nivel para jugar. Luego Argentina ganó el campeonato y me sentí entre la alegría por ello y la nostalgia todavía más profunda por no haber estado. Y aún ahora me duele. Ahora estaría jugando mi tercer Mundial y no el segundo.

Núñez y Goikoetxea

P. ¿Y de la de España?

R. Ahí llevamos un buen equipo, pero río terminó de funcionar. Las cosas se dieron mal, yo acabé irritado y me expulsaron ante Brasil. Fue una gran decepción.

P. Ahora que está triunfando muchos en España piensan que Nuñez se equivocó al traspasarle al Nápoles. ¿Qué piensa de ello?

R. Casi prefiero no recordarlo. El Barcelona es, sin ninguna duda el mejor club del mundo y yo estuve en él. Pero ya sólo volvería si no estuviera Núñez.

P. ¿De qué naturaleza fueron sus problemas con él?

R. Yo no terminé de entenderlos. Casi cada día tenía discusiones con él. Yo interpreté que él quería ser más importante que yo, y lo mismo algunos de los directivos. Yo no quería quitarle ningún protagonismo. A mí me parecía bien que se sintiera la persona más importante del club, pero lo que no podía evitar era que la gente disfrutara con mi juego y no con su trabajo de despacho.

P. ¿Y un hombre solo fue capaz de hacerle infeliz en Barcelona, como ha declarado alguna vez?

R. Sí. Porque él maneja un enorme contingente de prensa en Barcelona. Así que yo me fui viendo cada vez más infeliz. Como jugador, tenía lo mejor a que se puede aspirar: el club más grande del mundo. Pero, como persona, no era feliz. Así que pedí permiso a mi conciencia y decidí marcharme. Yo había firmado seis años por el Barcelona y sólo estuve dos.

P. Pero ahora juega en un equipo de segunda línea europea, sin acceso al fútbol de alto nivel. ¿No le parece eso un problema en su carrera?

R. El fútbol siempre es lindo, en cualquier nivel. Cuando yo llegué, el Nápoles había estado los dos años últimos luchando por evitar el descenso. El primer año quedamos los octavos. En éste nos hemos clasificado para la Copa de la UEFA. Eso me permite regresar al fútbol de alto nivel. Y, además, soy feliz. Ahora puedo vivir tranquilo con mi familia. Antes no hacía mas que leer en los periódicos de Barcelona críticas contra el clan Maradona. Ahora vivo en paz. Está claro que los problemas me los creaban desde fuera. Mi vida familiar y personal es en Nápoles exactamente igual que en Barcelona. Y a todo el mundo en mi nueva ciudad le parece bien.

P. ¿Y se ha acordado muchas veces de la entrada de Goikoetxea?

R. En Goikoetxea tampoco me gusta pensar. Aquello fue un episodio negro. No sé qué habilidad tuvo alguna prensa para malinterpretarlo todo. Él me hizo una entrada tremenda y el árbitro ni siquiera le amonestó. Después muchos quisieron defenderle a él y, a fuerza de defenderle tanto, me colocaron a mí como culpable. Así que yo estuve en el hospital con el tobillo roto y, encima, era culpable de no se sabe qué. Fue otra de las cosas que me amargaron en España, que me llevaron a prescindir del contrato excepcional que tenía con el Barcelona.

P. ¿Y no siente que con su éxito se está tomando la revancha sobre todo eso?

R. No. Yo no quiero una revancha. Dios da a cada uno lo que se merece. Yo ahora estoy donde estoy y ellos están donde están. Y no tengo nada contra el Barcelona, de verdad. Me admira porque es una sociedad tan grande que puede incluso sobrevivir a Nuñez.

P. ¿Y cuál es la razón de que haya alcanzado en este campeonato ese espléndido momento de forma?

R. En realidad, estoy como estuve en el Barcelona: hago lo mismo, me entreno de la misma manera, tengo el mismo peso, como igual y tomo las mismas vitaminas. Quizá me ayude que he alcanzado una serenidad como persona; al ser algo mayor, me encuentro inás aplomado. He encontrado en Nápoles la tranquilidad que me faltaba en Barcelona. Y, además, he recuperado por primera vez desde la entrada de Goikoetxea mi plena condición de juego.

P. ¿Hasta ahora no lo había conseguido?

R. No. Hasta ahora no había conseguido recuperar la fuerza de antes en los gemelos de la pierna izquierda. Cargaba demasiado sobre el derecho, arrancaba siempre con él y me apoyaba en los giros sistemáticamente sobre esa pierna. Ahora he recuperado mi pleno equilibrio físico y eso me ofrece las mejores posibilidades. Las que tenía en el Boca Júniors y las que tenía cuando llegué al Barcelona.

P. Y ha marcado goles excepcionales. Le colocan al nivel de Pelé y Di Stéfano. ¿Está de acuerdo?

R. No crea que estoy muy interesado en que me digan que soy un grande entre los grandes. Estoy interesado en trabajar, salir en las mejores condiciones y, sobre todo, jugar bien. Siempre he trabajado igual y he tenido que aguantar muchas cosas. Hace poco la televisión hacía una encuesta y casi todos decían que Platini era el más grande. Lo colocaban por delante de mí. Ahora la gente está enloquecida conmigo. Yo voy a seguir igual.

Ilusión de ganar

P. ¿Todo el mundo opina que Argentina es sólo Maradona?

R. No es falsa modestia si le digo que eso no es cierto. Yo hago lo mío y los demás hacen lo suyo. Juego muy metido en el equipo y peleo por recuperar la pelota porque te da vergüenza no correr si los demás están siempre corriendo. Somos, ante todo, un equipo. En mis goles más alabados he tenido el apoyo de los compañeros. En el segundo contra Bélgica, por ejemplo, que fue una acción individual, me acompañaban un hombre por la izquierda y otro por la derecha. Así que yo, al encarar la jugada, tenía tres opciones: la derecha, la izquierda y yo mismo. Escogí la mía no por egoísmo, sino porque ellos, al arrastrar la marca, me hicieron más fácil el pasillo a mí.

P. ¿Qué es lo mejor que tiene este equipo?

R. La ilusión de ganar. Este equipo se diferencia del que jugó en España en que tiene hambre de gloria. En aquel había muchas figuras que ya habían ganado el Mundial en 1978. En éste, no. En éste todos estamos por conseguir la gloria; todos pensamos en que eso queda para siempre, en que dentro de 40 años podremos seguir viendo en cualquier rincón de Argentina colgada en la pared la foto del equipo campeón con nosotros en él. Eso, te vaya como te vaya en la vida, queda para siempre.

P. ¿Y cómo son las vísperas de una final de la Copa del Mundo?

R. Tranquilas. Pasamos el tiempo hablando de fútbol, calculando cómo será el partido y preparándonos para todas las situaciones posibles. En el grupo se debate mucho sobre fútbol.

P. Viéndole jugar, da la impresión de que aún se divierte como cuando era un niño, de que no le afecta el dramatismo del fútbol de alto nivel ni le agobian las preocupaciones tácticas. ¿Es así?

R. Claro. El disfrute del fútbol siempre es el mismo, en la calle entre niños y en una final de la Copa del Mundo, aunque tengas un coreanito que te tira en cada ocasión. El fútbol es la ilusión del gol y cada vez que tienes el balón el gol está ahí, a 40, 30 o 20 metros, donde esté la portería contraria, y sientes esa misma emoción. Yo he vívido el fútbol de igual manera que todos los días de mi vida. Y lo he vivido igual cuando he sido aficionado, espectador. La grandeza del fútbol es que se puede disfrutar lo mismo fuera que dentro, ya que al de fuera también le invade esa ilusión por el gol.

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