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Justicia descarta "cualquier fallo penitenciario" en la muerte del preso

El subsecretario de Justicia, Liborio Hierro, afirmó ayer en Huelva, que "queda descartado cualquier fallo penitenciario" en la muerte de Joseba Asensio, según los datos disponibles ya de la investigación puesta en marcha por su departamento. Por otra parte, el portavoz del Ministerio de Justicia informó en Madrid que los equipos médicos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias no diagnosticaron en ningún momento la pleuritis que Asensio alegó tener al ingresar en la cárcel de Herrera de la Mancha, así como que "el fallecido recibió cuanta asistencia médica demandó".Según informa desde Huelva Juan Carlos Álvaro, Hierro destacó que el fallecimiento de Asensio fue por causa natural, a la vez que reprochó la actitud de Herri Batasuna, "que pone los valores del revés y acusa al Estado", dijo, "de haber cometido un asesinato". El subsecretario de Justicia resaltó la coincidencia del asesinato de un guardia civil el día en que falleció Joseba Asensio, y manifestó: "Del guardia civil no se acuerda nadie y tan sólo se ha convertido en noticia el envite de Herri Batasuna".

Entre los datos destacados del informe emitido por Justicia, el subsecretario puntualizó que a Asensio no se le apreció enfermedad pulmonar y que, durante su estancia en la prisión de Herrera de la Mancha, recibió asistencia en 19 ocasiones y no reclamó la presencia de la Cruz Roja Internacional cuando esta organización visitó el centro hospitalario hace un mes.

Por su parte, el portavoz de Justicia detalló los datos sanitarios más relevantes durante la vida penitenciaria de Asensio. Así, indicó que en la exploración cardiopulmonar efectuada en la cárcel de Carabanchel (Madrid) no se le detectó la dolencia alegada. Entre los datos médicos de Asensio en dicho centro penitenciario figura que el análisis de sangre correspondiente al 8 de nero de 1982 dio el resultado de "normal", e igual normalidad aportó el informe radiológico realizado el día 19 del mismo mes y año, así como el realizado por el servicio de cardiología el 27 de enero de 1986.

Durante su permanencia en la cárcel de Burgos, del 18 de agosto al 4 de octubre de 1980, fue tratado de colecistopatía. En la cárcel de Soria, en donde permaneció en dos periodos distintos, no se le apreció enfermedad infecto-contagiosa. En la cárcel del Puerto de Santa María (Cádiz), en donde permaneció desde el 27 de julio de 1981 al 6 de octubre del mismo año, fue atendido en 18 ocasiones por cuadros patológicos escasamente relevantes, salvo las consultas oftalmológicas.

Los datos sanitarios de otros centros penitenciarios, como los de Madrid-2 y Bilbao, carecen de importancia a juicio de Instituciones Penitenciarias, que resalta un informe médico de Bilbao, de junio de 1985, en el que consta que no presenta antecedentes de tuberculosis.

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