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Tribuna:MÉXICO 86
Tribuna
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El rodillo brasileño

El mayor peligro residía en la posibilidad de que se desarrollase un partido a la mexicana. La advertencia fue hecha a tiempo, pero nadie fue capaz de reaccionar, y ahí están los resultados. La victoria del PRI y su tentación de perpetuarse en el poder.Hubo errores de planteamiento. En lugar de comprar al árbitro se optó por sobornar al encargado de la megafonía. A la larga, sin embargo, de nada sirvió que el himno sonase por dos veces, y que se esperase a que los brasileños rompieran filas para poner el suyo. Segundo error: acentuar la táctica conservadora, encargando a Camacho de anular a Sócrates, revela falta de perspectiva histórica. Está demostrado que sólo la cicuta es eficaz para tal menester.

Ahí empezó el desastre. El árbitro, por despecho, ignoró el gol de Michel y dio por válido el del barbudo doctor. Entonces pusieron en marcha el rodillo, con su prepotencia habitual, y los de Muñoz, desconcertados, fueron pasados por la piedra, machacados.

La mayonesa contaminada no es excusa: se contaba con ello porque el enemigo no descansa. El problema fue sustituir a Calderé por Julio Alberto ignorando que ellos contaban con un tal Julio Cesar para organizar las legiones defensivas. Su arrogancia no tiene límites. Alguien con el pelo cano permite ser llamado Junior, y uno que hubo de ser procesado por posesión de cocaína se titula Casagrande. Encima, el portero se parecía a Javier Sádaba.

Todo estaba, pues, en contra. "Algún día harás lo que yo te diga", pensaba Sócrates mirando al balón, cuando era niño. Los nuestros, en cambio, fueron educados en el prestigio de lo inexistente, como el gol de Cardeñosa, y era lógico que Michel siguiera por esa línea: balones que entran tan de rondán que se salen sin llegar a besar la red, goles cuyo mérito consiste en ser y no ser a la vez. Coitus interruptus.

El problema viene de lejos. Hace 30 años ellos ya se entrenaban, a las puertas de las favelas, lanzando la pelota a ocho metros y tratando de dejarla seca en el interior de una palangana. Algunos de los nuestros se hicieron futbolistas porque en el cuartel daban rancho doble al que marcase más goles. Así, se ha acabado confundiendo, y no deja de ser laclave de muchas cosas, ir bien de cabeza con estar en sus cabales.

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