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Alfonso Gutiérrez consigue la segunda victoria española al 'sprint'

Alfonso Gutiérrez consiguió ayer, en la cuarta etapa de la Vuelta Ciclista a España, la segunda victoria española al sprint. Su equipo, el Teka, trabajó para él durante los últimos kilómetros de una etapa en la que no hubo luchas. Fignon sufrió una caída, y Kelly no se recupera de una tendinitis. Sus desfallecimientos son lo que espera Ruiz Cabestany para ser pronto líder con el mínimo trabajo. Delgado sigue, de momento, pensando más en el Tour que en volver a ganar la Vuelta. Hoy comienza la montaña.

La etapa de ayer puso fin a las llegadas masivas al sprint porque hoy comienza la montaña y el esfuerzo de los corredores pasará a ser individual. El trabajo de los equipos ya será menos lucido y Jorge Domínguez y Alfonso Gutiérrez, los dos españoles que se han adjudicado victorias al sprint, tendrán que pasar obligatoriamente a un segundo plano.Los 190 kilómetros de Zaragoza a Logroño, sin viento y sin ningún puerto de montaña, invitaron al sesteo. La tranquilidad relajó tanto a los corredores que hubo hasta cinco caídas colectivas. El que sufrió peores consecuencias fue Fignon. La alarma en su equipo alcanzó tal grado que todos los corredores del Pegaso-Systeme U se quedaron atrás para ayudarle a alcanzar el pelotón. Contusiones en las rodillas y dificultad en el pedaleo fueron síntomas de que uno de los favoritos puede empezar a resentirse fisicamente cuando tenga que esforzarse.

Sean Kelly, del Kas, otro de los favoritos, también está a la espera de que le lleguen etapas más duras de lo esperado. Desde que comenzó la Vuelta ya ha recibido tres sesiones de rayo láser para aliviarle una tendinitis. El que le cura es el equipo Seat-Orbea, que le atiende con su láser portátil.

Ruiz Cabestany, tranquilo

Pello Ruiz Cabestany, por los males que aquejan a sus dos rivales más directos, permanece tranquilo. De lo que se trata para ganar la Vuelta es de ir eliminando a los corredores que también aspiran al triunfo. Si éstos ven reducidas sus posibilidades por ellos mismos, mejor, ya que, así, Cabestany mantiene intactas sus fuerzas. Pedro Delgado cuenta menos. Se encuentó pletórico de forma, pero su preparación es para el Tour.

Así las cosas, no es extraño que ayer se viviera una jornada de descanso activo. El movimiento en el pelotón no se inició hasta que faltaban 15 kilómetros, para la línea de meta. El Panasonic y el Teka fueron los equipo, más activos para colocar a Planckaert y Gutiérrez, respectivamente.

Esta vez el Teka le ganó la partida al rival, después de que el día anterior Gutiérrez llegara descolocado por irse contra las vallas. Ayer no hubo mala suerte. González Linares, director deportivo del equipo, planificó el final con todo detalle. Ocho de sus corredores se situaron ya en cabeza a falta de 10 kilómetros.

A un kilómetro del final, Etxabe saltó. Se trataba de que Gutiérrez quedara pegado a su rueda. Muchos sprints se pierden porque uno no tiene compañero que le lance y se tiene que pegar a un corredor al que le pueden fallar las fuerzas. Los españoles ya no sólo son tan rápidos como los extranjeros, sino también tan buenos estrategas como ellos.

La Asociación Internacional de Periodistas de Ciclismo presentó una protesta por escrito sobre las "graves carencias de organización que tienen que sufrir". Esta protesta no beneficia la ambición de la Vuelta de llegar a alcanzar el nivel del Tour.

Comienza la montaña.

Dos puertos de primera categoría, Portillo de la Sía (kilómetro 131) y Alisas (160), junto a dos de cuarta, Cereceda (72) y Bocos (104), completan hoy la primera jornada montañosa de la carrera. La etapa Haro-Santander, de 202 kilómetros, puede suponer la primera gran selección de la Vuelta Ciclista a España.

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