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El Gobierno británico entiende que la caída de precios será neutral, o quízá beneficiosa, para su economía

El Gobierno británico ha respondido a la petición saudí de reducir su producción de petróleo del mar del Norte, para evitar una guerra de precios que podría hacer caer la cotización del barril a menos de 15 dólares, con una declaración destinada a tranquilizar a la City londinense y a reforzar la cotización de la libra esterlina.En un comunicado hecho público por el Departamento del Tesoro o Ministerio de Hacienda, el Gobierno afirma que, después de todo, "unos precios más bajos del petróleo tendrán unos efectos neutrales o ligeramente beneficiosos para la economía británica".

El comunicado oficial se considera en los círculos financieros londinenses una respuesta directa a la petición hecha el jueves por el jeque Yamani a los países productores de petróleo no pertenecientes a la OPEP para que accedan a establecer cuotas en su producción si no quieren ver caer el precio del barril de crudo a menos de 15 dólares. Yamani manifestó que algunos países, principalmente el Reino Unido, "habían aumentado constantemente su producción".

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La declaración de Yamani tuvo un efecto falminante en la capital británica, donde la libra cerró el jueves a 1,3835 dólares, su nivel más bajo de los últimos cuatro meses. Igualmente, el precio del barril de Brent, el principal crudo del mar del Norte, bajó dos dólares y medio en la tarde del jueves, para recuperarse al cierre del mercado de fletes a 18,20 dólares.

Especulación sobre los tipos

La caída de la libra, no sólo en su cotización en relación con el dólar, sino también con el conjunto de monedas europeas, y principalmente el marco alemán, aumentó la especulación en la City sobre una subida inmediata del tipo básico de interés, fijado en los momentos actuales en un 12,5%.Ante esa combinación de factores se produjo la declaración tranquilizante del Tesoro británico, en la que se afirmaba, entre otras cosas, que, aunque una reducción en el precio del petróleo "reduciría los ingresos por este concepto", sin embargo "el efecto global sobre la producción y la inflación en el Reino Unido se espera que sea neutral y quizá ligeramente beneficioso".

La mañana del viernes transcurrió en medio de una gran expectación en la City londinense, a la espera de algún indicio en torno a la subida del interés básico por parte del Banco de Inglaterra. A media mañana era evidente que el Gobierno, sometido a su mayor crisis política en los siete años de administración conservadora a causa del asunto Westland, no estaba dispuesto a enfrentarse por el momento con una elevación que produciría inmediatamente efectos inflacionistas.

El mantenimiento del mismo tipo de interés básico y un debilitamiento del dólar en Londres hizo que la libra se recuperase en más de un centavo el viernes y que se tranquilizase el mercado de divisas.

A pesar de que expertos financieros siguen prediciendo una subida en el tipo de interés básico si persiste la caída de la libra, observadores políticos no creen que el Gobierno se decida a intervenir hasta que se despeje la tormenta creada por la admisión por la primera ministra, Margaret Thatcher, de que una filtración de una carta confidencial del vicefiscal general al ex ministro de Defensa, Michael Heseltine, fue hecha por su compañero de Gabinete el ministro de Industria y Comercio, Leon Brittan, con el conocimiento de la secretaría privada y del jefe de Prensa de Thatcher.

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