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Los 'cinco grandes' analizan en Londres la posibilidad de reducir los tipos de interés

LUIS F. FIDALGO, ENVIADO ESPECIAL, En un ambiente de clara expectación en los ambientes financieros internacionales, los ministros de finanzas de las cinco naciones in dustrializadas más poderosas de occidente iniciaron ayer por la tar de en londres una reunión de dos días de duración, la primera desde que decidieron, en septiembre pasado, recortar la fortaleza artificial del dólar, para revisar el alcance de aquella decisión y, sobre todo, poner sobre la mesa de discusiones la posibilidad de llevar a cabo otra acción concertada, esta vez para reducir los tipos de interés. una posibilidad que, de cualquier forma, parece bastante incierta.

Existe una opinión generalizada en estos momentos de que todavía el dólar sigue sobrevalorado, considerándose que debería reducirse entre un 10% y 20% más para poder equilibrar el casi imparable déficit de Estados Unidos. A diferencia de la oficialidad con que se revistió la reunión del 22 de septiembre del pasado año en Nueva York, donde se decidió atajar la marcha alcista del dólar y fortalecer el yen japonés, a la Londres se le ha querido dar, de puertas para afuera, un carácter de "privada e informal", según un comunicado del propio Gobierno británico.Ni borrador previo de conclusiones ni facilidadaes para informar, con objeto de mantener la teórica confidencialidad y reserva con que se pretende envolver este tipo de reuniones de los cinco grandes. Y tampoco se ha hecho pública la agenda oficial a tratar durante este fin de semana en el número 11 de Downing Street, sede del Ministerio de Hacienda británico, por los representantes de Estados Unidos, Japón, Reino Unido, República Federal de Alemania y Francia. Italia y Canadá han quedado también en esta ocasión, excluidas de esta reunión.

Es evidente que, aunque todo dependerá de cuál sea la posición que adopte Estados Unidos, una parte de los componentes del grupo de los cinco se muestran partidarios de ese recorte de los tipos de interés, que facilitaría notablemente el desarrollo de las inversiones y de la actividad empresarial. El ministro francés de Finanzas, Pierre Bérégovoy, se ha declarado a favor de esa posibilidad, lo mismo que Noboru Takeshita, el poderoso ministro japonés de Finanzas. Éste, que no espera que salgan grandes acuerdos de la reunión de este fin de semana, subrayó que es necesario facilitar las condiciones del crédito. Japón, en cualquier caso, desea que esa potencial reducción de los tipos de interés se produzca de forma coordinada entre todos los países, sin debilitar de nuevo el yen.

La incógnita norteamericana

La incógnita sigue siendo Estados Unidos. Un recorte de los tipos de interés permitiría dar un empujón al crecimiento económico del país, facilitaría la inversión y supondría un fuerte apoyo al plan lanzado en octubre pasado por el propio James Baker para intentar reducir los débitos de los países más endeudados del mundo. Pero, a pesar de la lógica de estos planteamientos, han surgido diversas voces críticas en contra de esa hipotética reducción, casi todas procedentes de EE UU.

Así, portavoces de los bancos norteamericanos no han tenido reparo en considerar el posible descenso de las tasas de interés como una "fantasía", mientras que desde el Tesoro de Estados Unidos, según señalaba estos días pasados The Washington Post, se subrayaba que esa acción no iba a producirse inmediatamente. Otra cuestión es, según las mismas fuentes, que esa acción se realice cuando las circunstancias lo aconsejen. El interrogante es cuándo será ese momento. El déficit presupuestario norteamericano (230.000 millones de dólares) y sus necesidades de financiación -que exigen altos tipos de interés para atraer el dinero del público- es por sí mismo un obstáculo de primera magnitud, y la mayor dificultad para que EE UU lance una iniciativa para recortarlos.

Además, en opinión de los expertos, llevar a cabo una acción conjunta para reducir los tipos de interés entraña mayores dificultades que las que supuso hace unos meses hacer bajar la fortaleza del dólar. Sería necesario una mayor coordinación de las políticas monetarias y fiscales de los diferentes países, algo que, por el momento, parece lejos.

Canadá e Italia, dos 'grandes' marginados

L. F. F., Tanto Italia como Canadá, por segunda vez consecutiva, han quedado excluidas del cada vez más selectivo grupo de naciones más poderosas de Occidente.

Tradicionales asistentes a las reuniones de los países más ricos del mundo, los ministros de Finanzas italiano y canadiense no han sido invitados a la reunión de este fin de semana en Londres, igual que no lo fueron a la del pasado 22 de septiembre en la que, en el hotel Plaza de Nueva York, se decidió actuar conjuntamente sobre el dólar.

La exclusión, como era de esperar, ha causado un evidente malestar en los Gobiernos de ambos países, particularmente en el del Estado transalpino. Así, el primer ministro, Bettino Craxi, escribió a finales del pasado mes de diciembre una carta a los jefes de Estado y de Gobierno de los cinco grandes para dejarles constancia de su protesta por haber sido marginado.

El primer ministro italiano consideraba en su misiva que la exclusión, tanto de su país como de Canadá, es injustificada e innecesaria y puede ocasionar problemas añadidos a la hora de poner en funcionamiento cualquiera de las medidas que adopten sus, hasta hace poco tiempo, compañeros de cumbre.

A nivel oficioso, las razones parecen estar relacionadas con la inestabilidad política y económica de la nación italiana -que ha tenido que reajustar su tipo de cambio-, y la propia estructura descentralizada de la nación canadiense. Craxi ha rechazado estas acusaciones.

Michael Wilson, ministro canadiense de Finanzas, también se ha declarado molesto por la exclusión. Aunque sin recurrir a misivas, como el primer ministro italiano, subrayó que los resultados de estas reuniones pueden quedar muy disminuidos si no se amplían o consensuan con otros países.

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