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TRAS LAS ELECCIONES AL PARLAMENTO GALLEGO

Los 'populares', dispuestos a formar un Gobierno minoritariocon participación de todos los partidos coligados

ENVIADO ESPECIALPSOE y Coalición Popular comenzaron ayer a analizar con detalle los resultados de las elecciones del domingo. Las autocríticas incluyen, en el caso de los populares, el haber superpuesto la campaña Fraga 86 a las elecciones autonómicas. Fuentes de AP en Galicia admitieron que, tras los "roces" registrados durante la campaña "habrá que tener un cuidado especial" para mantener la cohesión interna en Coalición Popular. Los populares, por ello, desean formar un Gobierno regional con representantes de todos los partidos coligados, AP, PDP, PL y Centristas de Galicia, según dichas fuentes.

Pasados los primeros momentos de euforia oficial, ayer fue perceptible la falta de entusiasmo de los partidos mayoritarios, PSGPSOE y Coalición Popular, ante los resultados obtenidos en las elecciones del domingo, elecciones que, según se esfuerzan ahora en subrayar tanto socialistas como populares, "influirán muy escasamente en el mapa político nacional".Exactamente lo contrario de lo que afirman los reformistas de Coalición Galega: Miquel Roca, el diseñador e inspirador de la operación, pretende iniciar hoy mismo un reactivación de la misma, aprovechando los buenos resultados obtenidos por CG con una campaña "diseñada básicamente en Cataluña", según admitió un colaborador Roca.

Coalición Popular está dispuesta a formar un Gobierno minoritario en Galicia, aunque tratará de llegar a acuerdos previos en el Parlamento, tema por tema, con Coalición Galega, según dijo ayer a EL PAÍS el vicepresidente de la Xunta y secretario general de AP en Galicia, José Luis Barreiro, quien confió en que los reformistas se abstengan en la votación de investidura de Gerardo Fernández Albor como presidente autonómico. Los populares insisten en la "afinidad de modelos de sociedad" que existe entre ellos y CG y, por esto, confian en que la gobernabilidad será "relativamente fácil".

Menos sencillo podría ser, a la vista de los resultados obtenidos, mantener la cohesión de la propia Coalición Popular, cuya unidad se ha visto sometida a prueba en diversas ocasiones a lo largo de la campaña. .

Un alto dirigente aliancista gallego señaló ayer a EL PAÍS que si AP hubiera concurrido en solitario a las elecciones, habría obtenido un resultado igual o mejor que el registrado el pasado domingo. Como prueba, alegaba el hecho de que en pueblos que cuentan con un alcalde del PDP, la Coalición perdió frente a los socialistas o frente a Coalición Galega.

La irritación que, en algunos sectores de AP, ha producido la "relativa indiferencia" mostrada por los democristianos hacia la campaña electoral, sólo mitigada en parte al final de esta campaña, se une al hecho antes reseñado. Todo contribuye a incrementar el ya tradicional recelo que los hombres de Alianza sienten hacia sus socios locales democristianos.

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Osorio y el rechazo de Fraga

Por otro lado, los primeros análisis de los partidos que forman la Coalición Popular, incluyendo AP, señalan que "fue un error" la campaña paralela que mezclaba las elecciones autonómicas con el mensaje Fraga '86. Lo mismo vale para el hecho de que, menos de una semana antes de las elecciones, y cuando Fraga se encontraba en plena campaña en su tierra natal, el director del gabinete de estrategia de AP, Alfonso Osorio, ofreciese una conferencia de prensa en la que señalaba que el índice de rechazo a Fraga en la actualidad había descendido a sólo un 40%. "Fue un golpe por sorpresa", comentó anoche un asesor técnico de la campaña de AP.

Tampoco en el campo socialista reinaba anoche precisamente la euforia ante unos resultados que, oficialmente, se siguen calificando de "buenos", pero que no permiten pensar siquiera en seguir hablando de un posible gobierno de progreso para Galicia.

Fernando González Laxe, candidato socialista a presidente de la Xurita, comentó a EL PAÍS que los resultados hacen pensar en que "hasta después de las elecciones legislativas del 86, cuando los reformistas, y por tanto Coalición Galega, tendrán que decantarse hacia la derecha o la izquierda, las espadas estarán en alto en el Parlamento gallego". El nuevo Parlamento autonómico se constituirá el próximo 17 de diciembre, aunque la votación de investidura del nuevo presidente gallego podría demorarse hasta febrero.

La novia de Galicia

Los reformistas, por su parte, no podían ocultar ayer su euforia al sentirse "la novia" de todos en Galicia. El portavoz de Minoría Catalana e inspirador de la operación reformista, Miquel Roca, convocó una conferencia de prensa para hoy en Madrid como inicio de lo que sin duda será una nueva ofensiva del PRD con vistas a las próximas elecciones legislativas. Los reformistas son, obviamente, los únicos que ayer seguían señalando ,de manera explícita algo que, an tes de las votaciones del domingo, repetían casi todos: que las elecciones gallegas tendrán un reflejo en la vida política española en los próximos meses.

Los reajustes que estas elecciones podrían producir en el organigrama interno de los partidos no afectan tan sólo a AP. El CDS de Adolfo Suárez también celebrará su congreso nacional a comienzos del año próximo y en él, sin duda, rodarán cabezas, ante lo que el propio Suárez parece considerar privadamente como una "mala gestión" de su campaña. En cuanto a los socialistas, González Laxe también ha resaltado privadamente la "niala actuación" del alcalde de Vigo y vicepresidente de la ejecutiva regional, Manuel Soto, que recibió un severo voto de castigo en su ciudad.

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