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Marín pide solidaridad para emprender la reforma comunitaria

Andrés Ortega

España, por boca del secretario de Estado para la CEE, Manuel Marín, apoyó ayer en Luxemburgo, en la segunda reunión de la Conferencia intergubernamental de los países de la CEE para la reforma de los tratados, la potenciación de la cohesión económica entre los Estados miembros, desarrollando al máximo la política social y regional de la Comunidad. En otras palabras, defendió la solidaridad, tema que se presenta como conflictivo de cara al futuro, dado que los países más ricos de la Comunidad no quieren pagar más y ayudar al crecimiento económico de los más pobres.La Conferencia se reunió ayer como foro distinto del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y concluyó sin ningún acuerdo, aunque el ministro luxemburgués de Exteriores, Jacques Poos, que ostenta la presidencia en ejercicio de la CEE, matizó que tampoco se habían producido "desacuerdos fundamentales". Añadió también que su objetivo es llegar a una conclusión en la próxima cumbre europea prevista para los próximos días 2 y 3 de diciembre en Luxemburgo. Antes, la Conferencia intergubernamental volverá a reunirse a nivel ministerial el 11 de noviembre.

En los debates de ayer participó con estatus de observador la delegación española. España defendió las tesis de la Comisión Europea para la creación de un verdadero mercado interior en la CEE, pero si se potencia la solidaridad y la redistribución económica. En cuanto a la libre circulación de personas, Marín se declaró favorable pero sin que se llegue a una supresión de las fronteras, pues son necesarios controles en la lucha contra el terrorismo y la droga.

España se pronunció, en términos generales, a favor del principio de las decisiones en la CEE por mayoría cualificada, pero con límites, como los citados para circulación de personas o los referentes a la aproximación de la fiscalidad indirecta.

En cualquier caso los debates se van complicando. Empieza a cundir la duda de si la creación del mercado interior significa realmente una "Europa sin fronteras" o se limita a la libre circulación de personas, servicios, mercancías y capitales. La fecha objetivo de 1992 para la instauración completa de este mercado también se pone en duda. En temas más precisos, siempre dentro de esta cuestión de mercado interior que ocupó ayer bastantes horas, los países del Benelux e Italia consideran que es necesario modificar una docena de artículos del Tratado de Roma.

La República Federal de Alemania y Francia pretenden limitar esta reforma a sólo algunos de ellos.

En cuanto a la aproximación de los sistemas de impuestos -especialmente los tipos de IVA- en la CEE, la Comisión considera ahora que hay que abordarlo con otros plazos y métodos en mente. La ampliación de los poderes de la Comision Europea -Marín, "por pudor", se salió de la sala en ese momento- y del Parlamento fueron también objeto de debate.

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