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Rosebud, la lección eternamente olvidada

El índice general de la bolsa marcó ayer un nuevo récord en lo que va transcurrido de año, al situarse en 120,57%, 2,03 puntos por encima de la jornada anterior. Aunque todo hace suponer que ésta no será la cota máxima antes de que finalice el año.Desde las últimas sesiones de la semana pasada algunos analistas técnicos vienen defendiendo la idea de que el termómetro del mercado tiene ante sí, después de romper la resistencia del 117%, una nueva prueba a los niveles de 126% o 127%. No es fácil ponerse de acuerdo a la hora de trazar hipótesis de trabajo con el chart, ya que muchas son las interpretaciones y solamente una la verdadera, precisamente aquella que se confirma con el paso del tiempo.

Pero, de cualquier forma, las expectativas a corto plazo siguen siendo claramente alcistas. La fuerza con que el dinero llega al mercado no permite. pensar en un inminente desfallecimiento comprador, mientras que los potenciales vendedores pretenden alcanzar cada vez mejores precios por su papel. Así, no es raro que 38 valores fijaran dinero sin operaciones en la sesión de ayer, al tiempo que el capital exterior intensifica su. presencia. El resultado es que el volumen de contratación se sitúa en niveles muy aceptables y, concretamente, el. lunes se negociaron 2.470,4 millones de pesetas efectivas.

Las razones de esta euforia no son nuevas, después de la última fase de negociaciones sobre intercambios de activos eléctricos y la buena marcha de la inflación. Este último dato, junto a la favorable situación de la balanza de pagos, han alejado los fantasmas dé una devaluación de la peseta, aunque nadie haya prescindido de la posibilidad -y hasta de la conveniencia- de que la moneda española se deprecie respecto a otras divisas de la Europa comunitaria ante el ingreso en la CEE.

Pero el factor que más influencia ejerce en estos momentos es el descenso de las retribuciones en los pagarés del Tesoro y, paralelamente, en otras ofertas inversoras. La falta de oportunidades rentables está desviando buena cantidad de efectivo -y el grado de liquidez del sistema es alto- hacia la renta variable. El Banco de España inyectó ayer 500 millones de pesetas en el sistema, es decir, una cantidad simbólica, mediante una subasta de préstamos a un día y al 11%, mientras que los tipos de los pagarés a uno y tres meses continúan al 9,5% y 9,75%. El precio del dinero en el mercado interbancario prosigue su descenso y ayer los depósitos a un día se situaron al 9,99% (10,59% anterior), a siete días al 9,65% (10,13%), a 15 días al 9,53% (11 %), a un mes al 9,98% (9,8%), a tres meses al 10,27% (10,32%) y a seis meses al 11,11% (11,12%).

La consolidación del mercado bursátil, en estas condiciones, afecta ya no solamente a eléctricas, comunicaciones y banca, sino que se extiende a todos los sectores y así deberá continuar si no hay mayores sorpresas. Por otra parte, ayer repartieron dividendo Dragados, 28,70 pesetas netas a cuenta del ejercicio 1985, que recuperó junto a otros dos enteros; Inmobiliaria Metropolitana, 25 pesetas, también a cuenta de este ejercicio, que dejó íntegras, y Urbanizadora Metropolitana, 15 pesetas a cuenta de 1985, aunque el valor marcó dinero sin operaciones.

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