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Un virus conocido como 'tristeza' amenaza los cítricos valencianos

El conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación de la Generalitat valenciana, Luis Font de Mora, ha anunciado la presencia de una raza de tristeza -virus que afecta al arbolado de cítricos- procedente del Japón, que amenaza seriamente las variedades de satsuma donde se ha detectado.

Según Fonto de Mora, la importación clandestina de material vegetal para injertar en los árboles, destinada a conseguir producciones tempranas en los cítricos, será perseguida por la Administración autonómica valenciana, que está dispuesta a "aplicar con todo rigor la actual legislación de fraudes, aunque se encuentre desfasada en algunos puntos que conviene revisar".

Font de Mora advirtió que "el propio agricultor debería ser consciente de la gravedad que supone adquirir nuevos plantones sin asegurarse antes si son aptos para sembrar".

La detección de esta nueva raza de tristeza es objeto de estudio por parte del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), que ha iniciado la confección de un inventario sobre las plantaciones de satsuma temprana que pueden estar afectadas por razas severas de este virus.

10 millones de árboles perdidos

Hasta hace poco tiempo España ha disfrutado de una situación afortunada respecto a esta enfermedad, a pesar de los 10 millones de árboles perdidos entre los últimos 25 o 30 años. Las razas de tristeza presentes en nuestras plantaciones, según un informe del IVIA, son suaves y únicamente ocasionan el decaimiento y muerte de las variedades cultivadas cuando, están injertadas en naranjo amargo. Su efecto, en opinión de los investigadores, puede eludirse con la utilización de patrones tolerantes.Países como Brasil y Argentina, sin embargo, vieron borrada su citricultura sobre naranjo amargo en cuestión de 15 a 20 años por causa de las razas severas de tristeza. El tipo de virus detectado en las variedades valencianas ha sido introducido a partir de material vegetal clandestino, procedente, según todos los indicios, de Japón. Esta raza, además de ocasionar el decaimiento y muerte de los árboles en patrón amargo, puede producir daños, en otras variedades más tolerantes, según explican los técnicos del IVIA, que califican la situación creada de "peligrosa e incierta".

Al parecer, es imposible predecir cuál será el comportamiento del virus, a partir de los datos obtenidos en invernadero. "Obviamente", señalan, "no se puede experimentar en el propio campo con una raza de estas características". Tampoco puede estimarse con qué intensidad podrían verse afectadas las producciones citrícolas en nuestras condiciones climáticas. El Gobierno valenciano remitirá en breve a la Administración central una demanda "para que se extreme la vigilancia sobre la entrada de material vegetal de cítricos clandestino", declaró el conseller Font de Mora.

La introducción de enfermedades peligrosas con las importaciones clandestinas de material vegetal es un riesgo real y no una simple especulación de los investigadores, señalan los técnicos del IVIA.

"No tiene ningún sentido disponer de una de las mejores estaciones de cuarentena de cítricos en el mundo", explican, "y continuar haciendo tráfico clandestino de material vegetal sin ninguna garantía sanitaria, que puede introducir en nuestro país unas plagas y enfermedades de efectos potencialmente catastróficos".

"Las importaciones clandestinas", añaden, "son un riesgo para el propio importador, para los huertos vecinos y, en general, para toda la citricultura".

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