España quiere negociar ya el futuro de las bases, pese a la resistencia de Washington
España espera iniciar los contactos diplomáticos con Estados Unidos para empezar a negociar la reducción de bases en España antes del verano. Fuentes diplomáticas aseguraron ayer haber observado una mayor receptividad por parte de Washington en el último encuentro que, el pasado miércoles, celebraron en Estoril los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Fernando Morán y George Shultz.
El Gobierno español confía también en llegar a un preacuerdo con EE UU sobre la reducción de las bases antes de que se produzca el referéndum sobre la OTAN, ya que cree que este preacuerdo ayudará al triunfo del sí y porque considera además que es inseparable del resto del decálogo sobre seguridad y defensa que prevé también la permanencia en la OTAN sin integrarse plenamente en su estructura militar de mando. Estados Unidos ha insistido -y así lo hizo Shultz el pasado miércoles- en que prefiere renegociar la reducción una vez que se asegure la permanencia de España en la OTAN.En su reunión de dos días en Estoril, los aliados de Estados Unidos evitaron expresar un apoyo explícito a la guerra de las galaxias y se limitaron a respaldar genéricamente la posición negociadora norteamericana en las conversaciones de Ginebra con la Unión Soviética, en el triple campo de los euromisiles, las armas nucleares estratégicas y la defensa espacial.
El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, no se mostró decepcionado, y calificó de satisfactoria la toma de postura europea. "Creo que existe una gran comprensión sobre la importancia y necesidad de que EE UU lleve adelante la investigación, dado que la URSS también avanza por ese camino", explicó.
En cuanto a la petición europea de que EE UU respete los acuerdos SALT II, Shultz aseguró que el presidente Ronald Reagan tiene en cuenta la opinión de sus aliados, pero que se reserva la decisión final. Las dos terceras partes del comité de Asuntos Exteriores del Congreso norteamericano instaron ayer a Reagan a continuar aplicando el acuerdo estratégico sobre la limitación de las armas nucleares.
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