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Francisco Javier Beza

El joven pescador que salvó a ocho personas del infierno de la bahía de Algeciras no se considera un héroe

La vida ha cambiado para Francisco Javier Beza, el joven que viajó temerariamente hacia el infierno para salvar ocho vidas que pedían auxilio asidas a una boya marina. Desde la tragedia de la bahía de Algeciras no ha tenido tiempo de aburrirse ni de ejercer su afición favorita, la pesca. Ahora le llaman héroe y le reconocen cuando pasea por la calle. Tres instancias le han ofrecido costear sus estudios "de lo que quiera, cuando quiera y donde quiera", pero todavía no se ha decidido por ninguna: "Tengo todo el verano para pensarlo".

Hace 20 años, Puente Mayorga, pedanía del Ayuntamiento de San Roque (Cádiz) ubicada en la bahía de Algeciras, a pocos kilómetros de La Línea de la Concepción, era una aglomeración de chozas, y sus habitantes se dedicaban a la pesca en el mar en un lugar donde los únicos sonidos eran los naturales. Ahora su entorno es de chimeneas y ruidos, y la población ha crecido, aunque proporcionalmente menos que el número de bares.En una casita de aquellas nació hace 18 años Francisco Javier Beza González. Ahora en vez de casita hay un enorme tanque de fuel de, la Refinería Gibraltar. La historia de este muchacho está íntimamente ligada a la del complejo industrial porque allí trabaja su padre, y desde el trágico accidente del 26 de mayo, él se revistió del protagonismo que otorga haber salvado ocho vidas.

Francisco Javier Beza se lanzó al agua con una pequeña patera recogió a los ocho hombres y luego se fue a ver a su familia. "No creo ser un héroe; hice lo que en aquel momento pensaba. Por eso me siento incómodo con todo este jaleo de periodistas y deseo que termine pronto".

Francisco Javier estudia tercero de Matricería y Moldes. Su vida transcurre en torno al autobús que diariamente le traslada a La Línea para asistir a sus clases. Luego toma la merienda, pasea por el pueblo, y dedica unas horas a ver a los amigos o tomar algo.

Naturalmente, esa rutina era la de antes. Ahora todo ha cambiado. Como si se tratara de un extraño paréntesis. "En esta semana toda vía no he tenido tiempo de hacer lo que hago siempre. No esperaba que por salir a buscar a esa gente se armase tanta expectación".

La primera consecuencia de su acción es la concesión de la Medalla al Mérito Civil otorgada por el Gobierno y el anuncio de la Junta de Andalucía de que la primera medalla de Andalucía será para él, a la vez que la empresa CEPSA le ha regalado un equipo completo de submarinista. Ahora se le presenta a Francisco Javier la disyuntiva de la elección, porque tanto la empresa refinera como las administraciones central y autonómica le han ofrecido estudiar lo que quiera y donde desee. "Tengo todo el verano para pensarlo", comenta este joven de tímido semblante, porque su deseo es seguir en su pueblo, donde siempre ha vivido.

En ese rincón de la bahía de Ageciras, hoy superindustrializada, practica su entretenimiento favorito: la pesca submarina. Aunque los huecos de ocio se llenan en Puente Mayorga con televisión, aburrimiento y tranquilidad, Francisco Javier Beza los ocupa también con la pesca, la caza y la lectura, "lectura de libros de pesca y de peces, que es lo que me gusta".

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