Boff, la Iglesia y el poder
He leído el libro de Leonardo Boff Iglesia, carisma y poder, en el que el autor analiza de forma lúcida y muy crítica la forma en que la institución de la Iglesia católica ejerce el poder. Creo que la causa de la condena del libro por el Vaticano y la imposición del silencio voluntario a su autor son esas críticas que Boff hace a la Iglesia-institución como poder. Y eso a pesar de otras razones que pueda el Vaticano arbitrar (en el doble sentido de buscadas y de ser arbitrarias).Y difícilmente podría ser de otro modo, pues el poder, que debiera ser de servicio, cuanto más autoritario y coactivo es, menos puede permitir la crítica, y al no permitirla, más represivo se vuelve, y por tanto, más criticable se va haciendo. Por eso la condena a Boff no hace sino confirmar de forma palpable la realidad de su certero análisis.
Otra paradoja. La Iglesia-institución, en teoría, condena a Boff para cumplir con la obligación que tiene de conservar auténtica y viva la fe en Jesucristo. Pero para mí y para muchos otros, quien nos mantiene en esa fe es precisamente Leonardo Boff, y ello porque ha sido capaz, entre otras cosas, de ejercer su poder de servicio con aquella autoridad que da el saber y la capacidad de comunicarlo con el ejemplo. Porque ejemplo está dando Leonardo Boff de cómo ser humilde servidor frente a quien se deja dominar por el fácil camino de la opresión, como hacen los grandes de este mundo.
Leonardo Boff nos ayuda sin duda a mantener nuestra capacidad de emoción por un tal Jesús. Lo que ha dicho y hecho será suficiente para esa ayuda, aunque durante un tiempo se mantenga voluntariamente en silencio.- abogado.
