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Barrionuevo atribuyó a Ledesma la iniciativa frente a la investigación del 'caso Brouard'

La controversia sobre la iniciativa gubernamental que desencadenó el relevo, a petición propia, del fiscal encargado de la investigación del caso Brouard es una de las contradicciones más importantes registradas esta semana durante la práctica judicial de la prueba relativa a la demanda presentada por José Barrionuevo contra EL PAÍS. Mientras Fernando Ledesma y Cándido Conde-Pumpido Ferreiro coincidieron en que la preocupación provenía de los departamentos de Defensa e Interior, Barrionuevo no recordó haber manifestado a Ledesma preocupación alguna.

Uno de los puntos centrales que se trató de dilucidar fue la procedencia de la preocupación gubernamental puesta de manifiesto en la tarde del 28 de diciembre de 1984 por el ministro de Justicia, Fernando Ledesma, al fiscal general del Estado en funciones, Cándido Conde-Pumpido. El destinatario del oficio del que Barrionuevo entregó copia a Ledesma, el comisario general de Información, Jesús Martínez Torres, declaró que los funcionarios a sus órdenes no expresaron malestar, "porque no tuvieron constancia del oficio" que recibió el 27 de diciembre de 1984.Pero tanto Martínez Torres como el director general de la Policía, Rafael del Río -los dos únicos altos cargos de Interior, además de Barrionuevo, que reconocieron haber tenido constancia del oficio- omitieron pronunciarse sobre si a ellos, personalmente, les había producido preocupación el escrito judicial que ordenaba analizar, en relación con el asesinato de Santiago Brouard, "la posible intervención, planeamiento o conocimiento previo del CESID, Servicio de Información de la Guardia Civil, Guardia Civil, Inteligencia y cualquier otra institución de inteligencia o militar".

Fallo de memoria

En cualquier caso, a falta del reconocimiento de la preocupación ante el oficio judicial por parte de los cuerpos policiales o de sus mandos, el rastreo del origen de la preocupación conduce a la declaración de Fernando Ledesma, de acuerdo con la cual José Barrionuevo le puso de manifiesto su preocupación personal por el contenido del oficio. Precisamente en relación con este punto, en el Ministerio de Justicia ha causado disgusto el contendio de la confesión judicial de Barrionuevo. En tales medios, conocedores de la actitud de Ledesma de, sin faltar a la verdad, ofrecer la versión menos perjudicial para su compañero de Gobierno, fue recibida con desagrado la falta de memoria de Barrionuevo respecto a la preocupación manifestada al ministro de Justicia.A pesar de asegurar ante el juez que no recordaba que hubiera mostrado expresamente su preocupación a Ledesma por el oficio, cuando Barrionuevo, instantes después de su confesión, fue abordado por los periodistas, quienes le preguntaron por el motivo de su preocupación por el oficio recibido el 27 de diciembre de 1984, Barrionuevo respondió: "¡Hombre!, se trata de un asesinato... y yo soy el responsable de la seguridad ciudadana". Pero el asesinato de Santiago Brouard se produjo el 20 de noviembre de 1984, y el oficio sólo llegó a la Comisaría General de Información el 27 de diciembre. La preocupación manifestada el 28 de diciembre ¿guardaba relación con el contenido del oficio recibido el día anterior o con el asesinato perpetrado cinco semanas antes?.

Otra contradicción entre la confesión de Barrionuevo y el testimonio de Ledesma se refiere a la iniciativa para la entrega de la copia del oficio por el primero al segundo. En su demanda, ratificada en su confesión ante el juez, Barrionuevo afirmaba que EL PAÍS "...sostuvo primero que Barrionuevo ordenó el cese del fiscal y, más tarde, que lo que hizo es", añadía el escrito de demanda, "comunicar unos oficios judiciales a ministro de Justicia (lo cual, por cierto, seguía siendo falso)".

Pues bien, Ledesma declaró ante el juez que era cierto que Barrionuevo le entregó fotocopia de oficio judicial. Esta parte clave de la demanda quedaba, así, muy frágil y, por otra parte, hubiera sido muy difícil mantener que Ledesma se había inventado el documento que entregó a Conde-Pumpido o que el ministro de Justicia lo había obtenido directamente de los subordinados de Barrionuevo. As pues, el ministro del Interior admite que entregó la fotocopia a Le desma, pero, afirma, "si lo hice fue porque el ministro de Justicia me la pidió".

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Con el oficio en el bolsillo

Pero los hechos son muy tozudos. Barrionuevo acudió a la reuniór del Consejo de Ministros que se celebró el 28 de diciembre de 1984 en el palacio del Congreso de lo Diputados -por la coincidencia con el debate final de los Presupuestos Generales del Estado para 1985-, llevando en el bolsillo, o en la cartera, la fotocopia de oficio recibido el día anterior. Cuando Barrionuevo comentó el oficio y le expresó su preocupación personal, de acuerdo con la versión suavizada ofrecida por Ledesma es muy verosímil que el ministro de Justicia le dijera algo parecido esto: "Dámelo, a ver lo que se puede hacer...". Instantes después Ledesma llamaba al domicilio de Conde-Pumpido y le ofrecía un coche oficial para que se trasladar al Ministerio de Justicia.

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