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Asesinado el corresponsal de 'Egin' en el País Vasco francés

Francisco Javier Galdeano, corresponsal del diario Egin en el País Vasco francés, fue asesinado ayer por un desconocido, poco después de las siete de la tarde, en la localidad francesa de San Juan de Luz. Galdeano, de 40 años de edad, nacido en Bilbao, salía de su casa para enviar a Egin unas fotografías tomadas en la manifestación registrada ayer mismo en Bayona (Francia) para protestar por los últimos atentados atribuidos a los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Presuntos integrantes de estos mismos grupos se responsabilizaron del atentado contra Galdeano en varias llamadas a distintos medios de comunicación del País Vasco.

El atentado contra Galdeano se produjo en el barrio de Urdazuri, donde el corresponsal de Egin vivía en una casa alquilada. Cerca del portal de su vivienda y desde el interior de un coche, al parecer de color rojo, un individuo efectuó contra él cuatro o cinco disparos de escopeta con cartuchos de postas. Galdeano falleció prácticamente en el acto, ya que fue alcanzado en varias partes vitales, incluida la cabeza.El diario Egin reaccionó inmediatamente ante el atentado, que considera como un "ataque frontal" al propio periódico. Tras conocer el asesinato, los consejos de Fundadores y de Administración del diario se reunieron urgentemente y emitieron un comunicado de condena por el asesinato de Galdeano, quien además de corresponsal en al País Vasco francés era miembro del Consejo de Administración y fundador del diario.

En el comunicado se señala que la muerte de Galdeano "significa un ataque frontal a lo que supone Egin como proyecto y realidad de una prensa independiente, no mediatizada por el poder y defensora de los intereses más sentidos por las capas populares en su lucha por la recuperación de los derechos nacionales de nuestro pueblo".

Incidentes en varias ciudades

Una hora después de producirse el atentado, se formó en las calles céntricas de San Juan de Luz una manifestación espontánea en la que participaron unas cien personas, entre ellas numerosos vascos españoles que profirieron diversos gritos de apoyo a ETA. También se produjeron incidentes, con cruce de vehículos y rotura de cristales de distintas empresas, en Bilbao, San Sebastián, Guecho y otras poblaciones.Periodistas vascos que habitualmente trabajaban con Galdeano cubriendo informaciones en localidades vascas del sur de Francia señalaron ayer que el periodista de Egin no se ocultaba de nadie y que era muy fácil localizarlo en cualquier momento del día o de la noche.

Galdeano había sido detenido en varias ocasiones en los últimos años, al igual que su mujer, Maribel Prieto.

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La última detención se produjo en 1982 y, poco después, decidió abandonar Guecho (Vizcaya), donde vivía, y trasladarse a San Juan de Luz. Desde que se creó el diario Egin, Galdeano trabajaba en el área comercial del periódico y desempeñó el cargo de director comercial. El 26 de mayo de 1979 fue detenido como presunto colaborador de ETA Militar. Un año después, la Audiencia Nacional le condenó a un año de prisión por ese delito.

Tras su detención en 1979, la Jefatura Superior de Policía de Bilbao difundió una nota en la que acusaba a Galdeano de haber recibido cinco millones de pesetas procedentes del impuesto revolucionario pagado por un industrial vasco, con el fin de trasladar esa cantidad al sur de Francia.

Manifestación contra los GAL

En la manifestación contra los GAL en Bayona, a la que había asistido Galdeano, participaron unas 700 personas para protestar por el último atentado ocurrido en la zona, que costó la vida a un joven francés y originó heridas a otras tres personas, entre ellas el presunto activista de ETA Militar Kepa Picabea. Las organizaciones convocantes, fuerzas de la izquierda abertzale vascofrancesas, responsabilizaron a la Administración del atentado, y profirieron gritos contra la policía y los GAL.El presunto autor de los disparos en aquel atentado, Pierre Valdés, natural de Tarbes, fue interrogado a lo largo del día de ayer y probablemente será puesto hoy a disposición judicial. En medios policiales franceses se apunta el dato de que algunos de los presuntos gal detenidos hasta ahora proceden de la zona de Tarbes, mientras que otros, los autores de los primeros atentados, aparecen conectados con la mafia de Burdeos.

Los testigos del atentado señalan que el asesino, que llevaba gabardina y cubría su rostro con una capucha, cargó su pistola dentro del bar antes de empezar a disparar. Algunos de estos testigos señalan, asimismo, que, antes de ser acorralado y reducido en la calle por un grupo de vecinos, Pierre Valdés disparó su pistola, a bocajarro, contra la cabeza de uno sus perseguidores. La pistola se encasquilló y los vecinos se abalanzaron sobre el presunto asesino golpeándole duramente.

La pistola, calibre 11.43, que empuñaba el presunto gal es distinta de la de 9 milímetros que se utilizó en el atentado. Este hecho induce a pensar que Valdés abandonó su primer arma al salir del bar. Los autores de otros dos atentados anteriores en bares frecuentados por refugiados se desprendieron de sus armas nada más perpetrar su acción.

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