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Felipe González reclama competencia exclusiva para elaborar la nueva ejecutiva del PSOE

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Felipe González, hará "un discurso político" en la defensa de la gestión de la ejecutiva socialista para inaugurar así el próximo jueves el 30º congreso federal del partido. Contra lo que ocurrió en el 29º congreso, el discurso de González no ha sido, en esta ocasión, debatido en el seno de la ejecutiva como tampoco lo ha sido la composición de la misma tras el congreso, tarea que el secretario general reclamó para sí en exclusiva.

La comisión ejecutiva federal del PSOE celebró ayer su última reunión antes de la celebración del 30º congreso federal del partido, que, entre otras cosas, supondrá la renovación de al menos una docena de miembros de la dirección socialista.

Sin embargo, el encuentro de ayer fue considerado por un asistente "casi de trámite y dedicado a cuestiones de intendencia", como la distribución de las comisiones que corresponderán a cada miembro de la ejecutiva en la defensa de las distintas ponencias, distribución que "en ningún caso puede considerarse significativa". También se decidió quiénes representarán al partido mañana en las ceremonias de aniversario de Pablo Iglesias, que tendrán lugar en el cementerio civil. Felipe González tan solo estuvo presente unos minutos al final de la sesión.

Miembros de la ejecutiva socialista aseguraron tras el encuentro de ayer no haber recibido ningún tipo de indicación acerca de su permanencia o no en la dirección del PSOE tras el 30º congreso, dado que, dijeron, la lista de candidatos a ocupar un puesto en la dirección "será confeccionada por el secretario general, y probablemente por nadie más".

Evitar presiones

Con este procedimiento, los dirigentes socialistas pretenden atajar cualquier intento de intervenir en la elaboración de las listas procedente de las federaciones regionales más poderosas. En la reunión de la ejecutiva celebrada la pasada semana, todos los miembros pusieron sus cargos a disposición de Felipe González. Aquella reunión registró vivos debates sobre la conveniencia o no de mantener un rígido sistema de incompatibilidades para los miembros de la próxima ejecutiva, así como sobre la necesidad de poner límites a las pretensiones de los dirigentes de algunas federaciones regionales, conocidos como barones o califas en el interior del partido.A este respecto, los secretarios de Imagen y Organización de la ejecutiva, Guillermo Galeote y Carmen García Bloise, respectivamente, mantuvieron una seria controversia respecto a algunas "maniobras" que eliminaron a Carlos Sanjuán de la delegación andaluza al congreso.

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