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Retraso en las negociaciones entre Portugal y el Fondo Monetario Internacional

Portugal no recibirá hasta el próximo mes de julio la segunda parte del empréstito suscrito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a causa del retraso experimentado en las negociaciones que actualmente tienen lugar para la revisión de la carta de intenciones firmada entre ambas partes el pasado mes de septiembre, según señala la agencia Cointelsa.

El préstamo tiene un valor global de 480 millones de dólares (unos 72.000 millones de pesetas), y Portugal recibió ya la primera parte del mismo, por importe de 80 millones de dólares. En las negociaciones reanudadas el 28 de mayo pasado en Lisboa, las partes decidieron repartir la cantidad restante en tres plazos, que serán desbloqueados tras la observación por técnicos del FMI de la puesta en vigor de las medidas negociadas con las autoridades portuguesas. Según la fuente oficial que cita Comtelsa, la tercera y la cuarta parte del empréstito deberán librarse en septiembre y en diciembre próximos, respectivamente.El retraso en las negociaciones para la revisión de la carta de intenciones se atribuye fundamentalmente a la incapacidad de las autoridades portuguesas de presentar cuentas precisas del sector público administrativo, empresarial y de fondos autónomos, debido a la indefinición de la relación financiera entre las distintas entidades.

El Gobierno portugués, que preside Mario Soares, pretende que sean aliviadas algunas de las medidas de rigurosa austeridad impuestas por el FMI, particularmente la reducción de los tipos de interés y del ritmo de devaluación del escudo, que es actualmente del 1% mensual. Fuentes oficiales portuguesas señalaron que las negociaciones proseguirán en los próximos días, no siendo posible determinar con exactitud la fecha de la firma del acuerdo final entre Portugal y el FMI, firma prevista inicialmente para el pasado mes de abril.

Portugal, con una renta per cápita anual de 2.838 dólares, menos de la mitad que la media actual de sus futuros colegas de la CEE, atraviesa uno de los peores momentos de su historia, desde el punto de vista económico. El poder adquisitivo ha caído por debajo de los niveles de 1972, y la inflación puede rozar este año el 30% anual. El desempleo, que afecta en estos momentos al 15% de la población activa, puede seguir subiendo, mientras empresas privadas y públicas tratan de contener las pérdidas y evitar el cierre mediante reducciones de plantillas, que elevan constantemente el número de parados.

El sector estatal de la economía debe más de 7.500 millones de dólares, 1,12 billones de pesetas, más de la mitad de la deuda exterior de Portugal, cifrada actualmente en 13.800 millones de dólares, una situación que fuentes oficiales en Lisboa califican de "terrorífica". El sector público industrial ha sido utilizado por Gobiernos sucesivos como un instrumento político, sin ninguna lógica ni plan establecido. Los astilleros de Setenave, cerca de Lisboa, que dan empleo a 5.700 trabajadores, se encuentran sin pedidos, mientras el complejo petroquímico de Siries, teóricamente rentable, pierde dinero dada la coyuntura internacional excedentaría de plásticos.

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