Mustafa Darwish
dio el miércoles toda una lección de serenidad y habilidad en el siempre dificil arte de dialogar con los jueces cuando se es el acusado. Mustafá está acusado del asesinato de un miembro de la embajada de Jordania en Madrid y y del asesinato frustrado de otro, hechos por los que el fiscal pide para él 34 años de cárcel, lo que no le impide estar en libertad provisional. En el juicio, que fue suspendido por la incomparecencia de un testigo de la defensa que tenía un examen final, se dirigió con desparpajo al tribunal que le juzgaba e incluso propuso la fecha del nuevo juicio para que no coincidiera con sus propios otros examenes finales y los del testigo. El presidente del tribunal, Gonzalo de la Concha, titular de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, no pudo menos que exclamar: "El tribunal no tiene exámenes, pero tiene otras obligaciones". Lejos de conformarse, Mustafá propuso que la reanudación del juicio fuera el día 24, a lo que el presidente respondió: "El 24 es domingo, para nosotros no es bueno". Tras nuevas propuestas la fecha del juicio quedó fijada para el día 11.
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