Cierre de 2.000 empresas afectadas por inundaciones en el País Vasco
Unas 2.000 medianas y pequeñas empresas del País Vasco, afectadas por las inundaciones de agosto de 1983, deberán cerrar definitivamente sus puertas al haber quedado al margen de las ayudas oficiales previstas, según un informe de la Cámara de Comercio de Bilbao. El documento fue entregado a la comisión del Senado que visitó recientemente Euskadi para informar de las causas y consecuencias de la catástrofe.El escrito recoge que a pesar del enorme esfuerzo realizado por el Consorcio de Compensación de Seguros, algunos afectados han mostrado su desacuerdo con los criterios aplicados para conceder indemnizaciones, ya que se sienten perjudicados por las liquidaciones efectuadas. Por este motivo, la Cámara de Comercio de Bilbao señala que las empresas afectadas pueden interponer las acciones legales pertinentes ante las liquidaciones practicadas por el Consorcio. La Corporación bilbaína pidió la mediación de la Comisión del Senado para alcanzar una solución negociada entre el Consorcio y los afectados, de modo que no fuera necesaria la interposición de los recursos.
La magnitud y el alcance del siniestro causado a Vizcaya por las lluvias torrenciales de agosto, ha constituido una de las mayores tragedias de la provincia, según el informe. Sus efectos, añade, se dejarán sentir durante el inmediato futuro en la actividad de un gran número de empresas y serán la causa determinante de la desaparición de otras. La Delegación del Gobierno en el País Vasco no coincide en la valoración y considera, en cambio, que a su juicio la mayoría de las empresas y comercios afectados han reiniciado sus actividades.
La Cámara de Comercio expidió 9.000 certificados de daños, así como certificaciones especiales y de fuerza mayor exigidos a las empresas para acogerse a las suspensiones de contratos. La entidad realizó previamente 14.000 entrevistas personales con los representantes de las empresas afectadas.
Los problemas creados en Vizcaya ante la situación de catástrofe declarada por las inunciaciones motivó que la Cámara de Comercio de Bilbao y otras instituciones vascas desarrollasen una profundo estudio de lo sucedido. Diferentes sectores vascos calificaron de "extraordinaria y generosa" la acción del Gobierno.
