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Firmado el acuerdo entre el Banco de Crédito Agrícola y cajas rurales

El Banco de Crédito Agrícola (BCA) y 57 cajas rurales se constituyeron ayer en grupo asociado, tras la firma del convenio individual suscrito entre el BCA y cada una de las citadas cooperativas de crédito. Otras 23 cajas rurales, que en su día suscribieron el acuerdo-marco de asociación, se integrarán en el grupo una vez celebradas sus asambleas generales. El nuevo grupo contará con unos recursos totales de 774.000 millones de pesetas (244.000 del BCA y 530.000 de las 80 cajas rurales), disponiendo de un total de 2.765 oficinas y casi 9.000 empleados.Toma cuerpo así uno de los mayores grupos bancarios del país, con dedicación exclusivamente agraria, base cooperativa y cobertura nacional, que prestará todos los servicios bancarios, incluida la distribución del crédito oficial a los agricultores, a la pequeña y mediana empresa agroalimentaria, a la comercialización de los productos del campo y al cooperativismo agrario.

Entre los objetivos del grupo asociado se encuentra el proceder al saneamiento inmediato de todas las cajas rurales, con la implementación del correspondiente plan de saneamiento para aquellas instituciones en dificultades, que permita su reflotamiento en un período de cinco años. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, secretario de Estado de Economía y Planificación, presente en el acto de la firma, aseguró que el Gobierno había resistido la tentación de dejar quebrar a alguna caja rural en el pasado, por cuidar la imagen global y no dejar a ninguna provincia sin crédito rural. "Hasta estos momentos se han entregado al fiscal los casos de cuatro cajas en los que se detectaron hechos que pueden ser constitutivos de delito".

A partir de la entrada en funcionamiento del grupo se garantiza la solvencia de las entidades asociadas, evitándose nuevos desequilibrios financieros mediante el establecimiento de auditoría interna y externa. José Barca Tejeiro, presidente del BCA, esbozó en el acto de la firma la estrategia futura del grupo, que debe aspirar básicamente a "desarrollarse en un gran grupo bancario, del cual los agricultores puedan recibir la totalidad de los servicios financieros, sin que necesiten acudir a otras entidades para completar sus necesidades bancarias". Otros objetivos consisten en fortalecer el movimiento cooperativo, canalizar los fondos del crédito oficial preferentemente a través de las cajas asociadas, así como las líneas subvencionadas para inversiones agrarias establecidas por el Ministerio de Agricultura.

La nueva red de alcance nacional podrá, por otra parte, no sólo redistribuir los fondos del crédito Oficial agrario sin las limitaciones que hasta ahora tenían, sino reconducir el dinero del campo hacia el campo, a través de la compensación de los excedentes estacionales de tesorería. Ello supondrá un aumento de fondos para préstamos a disposición de los agricultores, fondos que antes pasaban a otros sectores.

Para Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el nuevo grupo "será el instrumento ideal para canalizar las ayudas del sector público al campo, y las ayudas y flujos financieros procedentes de la CEE, una vez producida la integración española. El Gobierno va a incrementar la financiación al campo como parte de su política agraria", política que, en opinión de Fernández Ordóñez "es, quizá, uno de los mayores éxitos del Gobierno socialista".

La dirección del grupo queda encomendada a una serie de órganos colegiados. En el consejo de administración del BCA se sentarán tres presidentes de cajas, elegidos en asamblea general, que también elegirá a los miembros de la comisión permanente.

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