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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Hacia el hombre total

Cada vez que ilumino el aparato, aparece en pantalla un nuevo curso. Estos bochornos los solía encontrar yo antes en el buzón, en forma de montones de cursillos por correspondencia. Me pasaba lo mismo que a Woody Allen: iba ilusionado a recoger el correo diario y regresaba a la mesa de trabajo con la moral por los suelos, convencido de que debía figurar en alguna malévola lista de atrasados mentales, que de otra manera no me explicaba yo aquella cantidad de folletos y boletines conminándome por mi nombre y apellidos a seguir cursos acelerados de todo tipo.Hace tiempo que mi buzón está muy tranquilo en este aspecto. Hasta ya bajo a recoger el correo con cierta seguridad, sin el temor de descubrir en mi discutible educación nueva! y enormes lagunas culturales. En cambio, tiemblo en el instante de conectar el televisor. Aquellos Tursillos que llegaban a través del cartero llegan ahora a través de la pantalla y también en avalancha; y me producen el mismo desasosiego cultural.

Empezaron con el inglés (Follow me), siguieron con la educación física (Puesta apunto), continuaron con la cocina (Con las manos en la masa), se animaron con el dibujo y la pintura (Arco Iris), y ahora nos imparten cursillos acelerados de historia (La víspera de nuestro tiempo, España, historia imediata, La noche del cine español), ecología y urbanidad (Usted, por ejemplo, Arca de Noé , Al aire libre), economía (Consumo), derecho público (Dentro de un orden), geografía (Los ríos, A la caza del tesoro), medicina casera (Más vale prevenir), literatura décimonónica (esos seriales de después de lavar la vajilla irrompible) y las pedagogías. que se me olvidarán. Cada vez que arde el palcolor, compruebo lo mucho que forma, que educa e instruye el vilipendiado aparato.

En realidad, aquellas viejas teorías del hombre total del socialismo utópico empiezan a hacerse posibles gracias a la feliz familia que componen el televisor y la célebre voluntad pedagógica dominante, ya agobiante.

Todavía es pronto para hablar de resultados hechos y derechos, pero puedo imaginar perfectamente cóm6sera ese español total del futuro. Hablará el inglés comercial con acento de Francis Matthews, cocinará sus platos autonómicos al estilo Elena Santonja, tramará bodegones realistas en la línea de los maestros pintores de Arco Iris, cuidará su cuerpo como le enseñaron desde la infancia Eva Nasarre y Ramón Sánchez Ocaña, hablará de historia contemporánea como si fuera un penene de la Complutense, consumirá en el supermercado con rigor pelmazo de Rafael Romero, interpretará y recitará la Constitución domo le enseñó Cristina García Ramos, cuidará la naturaleza con primor religioso de Manuel Torre Iglesias, conocerá el mundo a través de los ojos de Miguel de la Quadra Salcedo, hablará de literatura como un libro abierto, a veces como el libro gordo de Petete, otras como los libros que presenta ese otro pajarín de Tiempo de papel.

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