Asesinar en domingo
Sin sarcasmo, pero con el rigor que el caso requiere, queremos plantear las contradicciones entre las declaraciones de Barrionuevo en el día de ayer y las conclusiones a las que llegó la Junta de Seguridad de Madrid-en su reunión de anteayer, según las cuales la coordinación entre las policías civil y inflitar en la custodia de personalidades de altos mandos castrenses, quedaría, a partir de ahora, debidamente establecida. Tal reconocimiento supone que no lo había estado hasta hoy. Lo curioso es que el ministro del Interior haya asegurado después que la coordinación entre ambos estamentos policiales venía funcionando de manera regular. ( ... )Lo que resulta totalmente absurdo es que a estas alturas se haya podido llegar a la conclusión de que el terrorismo no emprende sus acciones en los fines de semana, tal como se desprende de las informaciones derivadas del asesinato del teniente general. El pasado domingo, Quintana Lacaci no disponía de protección oficial por el hecho de que se pudiera sentir incómodo en el permanente acompañamiento de los escoltas -como nos ocurriría a todos-, sino porque tal protección, militar o civil -debidamente coordinadas, según Barrionuevo-, se consideraba innecesaria en los fines de semana. Consideración un tanto infantil en un país azotado por el terrorismo, en el que no existen días en los que la criminalidad terrorista se tome vacaciones, como lo demuestran los asesinatos del gobernador militar de Guipúzcoa, el general de brigada Lorenzo González Vallés, asesinado en 1979 a la salida de la misa dominical, o las explosiones de un trágico domingo en las terminales aérea de Barajas o en la ferroviaria de Chamartín, unidas al violento estallidó de la central telefónica de la calle de Ríos Rosas de Madrid.
Para el terrorismo no existen fines de semana, treguas ni períodos vacacionales. Lo trágico es que lo hayamos tenido que descubrir oficialmente ahora. ( ... )
4 de febrero
