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Los dueños de Alcalá 20 dicen que el incendio fue provocado y atribuyen al comportamiento del público la magnitud del drama

Los empresarios de la discoteca Alcalá 20 de Madrid manifestaron ayer su convencimiento de que el incendio registrado el pasado día 17 de diciembre, y que causó 81 muertos, fue provocado, y afirmaron que la catástrofe sobrevino también en gran medida como consecuencia del comportamiento del público, "que tomó en principio a broma la tragedia o que entró de nuevo al guardarropa y dificultó la salida". Los abogados defensores manifestaron, por su parte, que "podríamos encontrarnos ante un funcionamiento anormal de los servicios públicos, por lo que la responsabilidad civil cabría pedírsela a la Administración".

Los cinco socios arrendatarios de la discoteca, procesados por imprudencia temeraria por el juez Jacobo López Barja de Quiroga, convocaron ayer la primera conferencia de prensa tras su salida de la cárcel de Carabanchel, el pasado día 4 de enero. Ingresaron en prisión al día siguiente del incendio y quedaron en libertad provisional tras abonar una fianza de 10 millones de pesetas cada uno, que fue pagada por los empresarios de salas de fiestas de Madrid. Sobre los procesados pesa también la petición de 950 millones de pesetas exigidas por responsabilidad civil.Cuatro de los cinco copropietarios -Juan Antonio Iglesias Alcaide, Doroteo Martí, Pedro Rascón y Emilio Urdiales, que estuvieron presentes en la reunión junto con los abogados Rafael González Bautista, Ramón Mufloz Tuero, Carlos Usua y Carlos Arranz- basaron su tesis de la intencionalidad del incendio "en que el fuego empezó por una cortina del centro del escenario". "Alguien aprovechó el momento en que echaron la cortina para prender fuego. Hay referencias de que algunas personas fueron vistas detrás de esta cortina con velas o mecheros".

Respecto a los seguros, el principal accionista del local, Juan Antonio Iglesias, dijo que son suficientes uno de de cinco millones de responsabilidad civil y otro contra incendios de 80 millones de pesetas. Los empresarios insistieron también en que tenían todos los permisos e instalaciones en regla y que funcionaron bien las luces autógenas de emergencia, "aunque el intenso humo no permitió distinguirlas bien en algunos momentos".

Para los empresarios, una de las causas que provocaron la tragedia fue la actitud del público que a esas horas estaba en la discoteca. La sala tenía capacidad permitida para 700 personas y habían solicitado permiso para 900. En el momento del incendio habría en la discoteca entre 200 y 300 personas. "Algunos tomaron a broma los avisos del personal de la discoteca y desaprovecharon unos minutos valiosos. Otros que ya estaban fuera de la misma volvieron al guardarropa y entorpecieron la salida. Las 200 personas quisieron salir juntas por el mismo sitio y se produjeron los atropellos".

Los propietarios de la discoteca explicaron que habían recibido previamente amenazas a las que no habían hecho caso "porque esto es frecuente en este oficio" y manifestaron que no sabían si estas amenazas o los posibles autores del incendio se podían personalizar en algún empresario de la competencia.

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