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La euforia se disipó con las primeras ventas

Poco duró la euforia compradora con que vio la luz en el mundo bursátil este joven 1984. Las reuniones de ayer, aunque continuaron presentando unos balances genéricos discretamente positivos, experimentaron el efecto de las primeras ventas ansiosas de los profesionales de la barandilla, quienes, al parecer, decidieron no dejar madurar excesivamente las mejoras de la sesión del martes, se supone que por si se terminaban pudriendo.El elemento más positivo de la jornada lo constituyó la mejora de dos puntos en Telefónica, que de esta forma venía a remontar los malos, o, quizá mejor, pésimos, augurios que se lanzaron desde círculos especializados a la vista de la marcha de los últimos contenciosos de la compañía con la administración, y que desembocaron en la reunión del martes en una pérdida de cuatro enteros en los precios de estas acciones. Noticias más optimistas sobre la evolución del conflicto calmaron los ánimos.

En el grupo eléctrico destacaba el punto y cuarto que mejoraban los precios de los títulos de Hidroeléctrica Española, que al final quedaba prácticamente en solitario en la carrera alcista, ya que tanto Iberduero como FECSA sufrían recortes en sus cotizaciones directamente derivadas, según entender de los especialistas, de las realizaciones de beneficios derivadas de la suma de las mejoras más los dividendos percibidos en los últimos días.

Por su parte, el grupo bancario resultó un saldo comprador casi ridículo, que en el mercado madrileño y para los siete grandes del grupo se limitaba a 5.797 títulos, habiéndose observado además una ralentización en el ritmo de mejora de los precios de estas acciones, a lo que se venía a unir un nuevo repunte vendedor en Banesto, que ofrecía una diferencia vendedora de algo más de 21 títulos, lo que contrastaba fuertemente con el tibio optimismo que pretrendían contagiar entre los inversores los saldos del resto de los integrantes de este sector.

El sector químico fue el que observó un peor comportamiento con Petróleos -perdiendo cinco enteros, severo varapalo que se derivaba de su importante subida del martes; mientras que, por su parte, El Águila parecía retomar nuevos bríos, se apuntaba una mejora de cuatro enteros, rebasaba la cota del cien por cien, y hacía que algunos inversores comenzasen en desempolvar sus viejas esperanzas, que se centraron en este valor.

Una de las notas que han caracterizado las dos primeras reuniones de este año ha sido el bajo nivel de contratación, que resultaba bastante más evidente aún en los corros. Si de alguna forma el martes se conseguían mejoras importantes en base a una retirada de: la oferta y a una serie de tanteos compradores que en cualquier caso jamás llegaron a resultar excesivamente significativos, ayer bastó una sencilla inversión en este planteamiento, y fue la oferta, también discreta, la que dominó por completo la trayectoria del mercado.

En general, casi todos los testimonios apuntan la necesidad de que sea el dinero institucional el que entre en los mercados de acciones para poder hablar de una consolidación más o menos definitiva en la tendencia positiva que casi todos se empeñan en atribuir a la Bolsa española para los primeros compases del año decisivo de 1984.

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