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Antonio Morillo,

alcalde de Vejer de la Frontera (Cádiz), celebró el aniversario de la Constitución de un modo singular. Organizó una caldereta de hermandad en la caseta municipal y descubrió una placa en la calle del Mayorazgo dedicada a personajes anónimos, pero de carne y hueso: los obreros del empleo comunitario de Vejer. Morillo mantiene la teoría de que, frente a tantas acusaciones como se hacen a los parados del campo, el comunitario ha funcionado ejemplarmente en su pueblo, donde la fisonomía urbana ha cambiado por completo gracias al trabajo esmerado de los obreros agrícolas.

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